En medio de las tensiones por la suba de los dólares paralelos y la caída de las reservas, Máximo Kirchner pidió este domingo "renegociar" el acuerdo con el FMI para refinanciar el préstamo de US$ 44.000 millones de 2018.
De esa manera, abrió un nuevo frente de conflicto previo a los vencimientos que tendrá que afrontar el Gobierno desde este lunes con el organismo por un total de US$ 1.380 millones.
"Estamos a febrero de un año electoral y tenemos que explicarle a la sociedad qué es lo que sigue, porque esta ruta de vencimientos es impagable. Tenemos que renegociar el acuerdo por las consecuencias de la guerra y les quiero avisar a los que sostienen esos argumentos que el Congreso argentino votó el acuerdo el 15 de marzo y que la guerra empezó el 25 de febrero. ¿Por qué votaron eso, si los números ya se habían disparado?", dijo el hijo de Cristina Kirchner.
Después de tomarse vacaciones en el sur, el jefe de La Cámpora reapareció en una entrevista publicada este domingo por El Cohete a la luna, el medio dirigido por el periodista Horacio Verbitsky, donde volvió a apuntar contra el acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en marzo del 2022, cuestionó la falta de "dureza" del exministro Martín Guzmán e insistió en la apertura de una "mesa política" del Frente de Todos con el supuesto guiño de Sergio Massa.
El Gobierno deberá cancelar este lunes US$ 691 millones y el miércoles otros US$ 689 millones por el Stand By negociado por la gestión de Mauricio Macri.
Las reservas volverán así a estar bajo presión en un contexto delicado por el impacto de la sequía en la oferta de divisas y la reducción de las reservas en US$ 2.300 millones durante enero, a lo que hay que sumar la aceleración de la inflación y la caída de la actividad en noviembre.
Ese mes, durante la cumbre del G20 en Indonesia, el ministro y el Presidente le plantearon a la titular del Fondo que la guerra con Ucrania le costó US$ 5.000 millones a la Argentina.
También pidieron una quita de tasas, una medida que fue rechazada por el organismo en diciembre, y hace dos semanas, Massa reiteró que "el FMI no está cumpliendo con Argentina el revisar cómo van a compensar a los países que pagaron el costo de la guerra".
El Gobierno viene de sobrecumplir las metas en 2022 con trucos contables, devaluaciones selectivas y la flexibilización de algunas exigencias por parte del Fondo. En materia fiscal, acumuló un déficit primario del 2,4% del PBI, por debajo del techo del 2,5%.
Pero Juntos por el Cambio denunció el sábado la situación de "extrema vulnerabilidad" de la economía y que el déficit se redujo por el "atraso" de salarios y jubilaciones frente a la inflación.
Máximo Kirchner respondió que "si de verdad queremos un futuro mejor, no queda otra que revisar el cumplimiento de este acuerdo con el Fondo". "Esto queremos discutir, en un ámbito que incluya a la oposición. Si quieren gobernar la Argentina, un mínimo acuerdo tiene que haber", sostuvo. "Imaginate si Larreta, Massa, De Pedro, Fernández, Cristina, Manes y hasta la izquierda se presentasen ante el FMI y le dijesen: 'Así no podemos'", aseguró.
En Economía, decidieron mantener un perfil bajo -"sin comentarios"-, mientras desde el entorno de la vicepresidenta vincularon los dichos del dirigente de La Cámpora con que "el próximo gobierno va a tener que arrancar renegociando la deuda". Por lo pronto, este año habrá que bajar el déficit primario al 1,9% del PBI, con un techo de emisión monetaria para asistir al Tesoro de 0,6% del PBI y la acumulación de US$ 4.800 millones de reservas.
En materia de deuda, Máximo Kirchner advirtió que "se nos van a venir encima el 2024, el 2025, el 2026 y la exigencia de todos esos vencimientos". Esos años habrá que afrontar pagos con el Fondo por US$7.318, US$ 2.781 y US$ 3.922 millones. Con todo, el más exigente será 2023, ya que hay que pagarle US$ 20.500 millones, incluyendo intereses. Y en septiembre de 2024, cae la última de las 10 revisiones previstas en el acuerdo vigente.
El Gobierno ya había empezado en diciembre a intercambiar proyecciones con el organismo sobre el primer trimestre de 2023, de cara a la cuarta revisión, cuyo inicio estaba previsto para mediados de enero. A diferencia de 2022, los vencimientos de este año serán superiores a los desembolsos (US$ 15.958 millones) y se sumará una mayor deuda externa privada, incluyendo préstamos comerciales y financieros.
Con las reservas al límite, Massa deberá conseguir un waiver del Fondo u obtener una excepción por la guerra, dadas las dificultades para cancelar compromisos con superávit fiscal.
La otra fuente de divisas, además de nuevas ediciones del dólar soja, podrían ser los créditos que negocia con bancos extranjeros (Repo) por US$ 2.500 millones y el financiamiento de Brasil para el pago de importaciones.
