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Apremiado por la inflación y la falta de dólares, Massa prepara medidas

En reuniones herméticas con su equipo frente a las presiones de sectores K para revisar de nuevo el acuerdo con el FMI. El frente fiscal, en la mira.

Los próximos días serán cruciales para el gobierno. Todas las miradas están puestas en las medidas que tomará Sergio Massa en otro intento de estabilizar la economía. El ministro de Economía llegó este domingo de Panamá y ya se prepara para encabezar reuniones con su equipo de confianza. En esos intercambios y en medio de un fuerte hermetismo, terminará de definir anuncios para calmar el clima de "ansiedad" que observan en la calle y el mercado.

Los cambios apuntan a contener las dos variables que ven más difíciles de "domar" en el quinto piso del Palacio de Hacienda: la inflación y la falta de dólares. Massa ya se lo había propuesto en agosto del año pasado, pero los precios podrían subir un 7% mensual en marzo, el mismo nivel con el que asumió. Y el Banco Central ya perdió US$ 1.800 millones en el año, más del 60% de lo que acumuló con el dólar soja. "El equipo está firme", aseguran.

El Gobierno viene desplegando "zanahorias" y "palos" con resultados dudosos. En un caso, con acuerdos de precios y acceso a dólares para importaciones, a la vez que impone sanciones y multas. En otro, ofreciendo créditos por la sequía y negociando con el FMI margen para multiplicar los tipos de cambio, mientras AFIP y Aduana refuerzan controles al agro y el comercio exterior. "No está en la mesa un dólar soja 3", deslizan en Economía.

La falta de lluvias en medio del clima más caliente en 70 años y los stocks de soja sin liquidar complican a la industria aceitera. En el sector aseguran que crece la importación de porotos de Brasil y Paraguay y que la capacidad ociosa llegaría al 75% en marzo. "La industria de la soja este año no será el salvavidas, tenemos todas las ruedas desinfladas", dijo un exportador, mientras desde el gremio aceitero afirman que esa capacidad productiva sin uso "aún no está".

Por el lado de la inflación, la suba en alimentos del 9,8% triplicó los topes acordados con empresarios y puso en duda la efectividad del programa Precios Justos sobre 50.000 productos. Pese a sumar en febrero un "robot" informático, la secretaría de Comercio cree que los precios se aceleraron en los supermercados de cercanía, y lo que ocurre en las góndolas preocupa por su impacto en la pobreza. "Nosotros cumplimos", dijeron en una cadena grande.

Sin demasiadas herramientas, Massa hace equilibrio entre el FMI, con el que acaba de acordar un alivio de US$ 2.000 millones en la meta de reservas por la sequía, y las presiones internas para volver a revisar el acuerdo. Cristina Kirchner lo planteó hace 10 días en un acto y el titular de la comisión de Presupuesto en Diputados, Carlos Heller, propuso este domingo reducir la sobretasa que paga Argentina al FMI, lo que implica "renegociar la pauta fiscal".

Entre los analistas, tampoco se visualiza un escenario auspicioso con una seca que amenaza con recortar US$ 20.000 millones de las exportaciones y provocar la mayor recesión en una década. "Hay que reconfigurar el acuerdo con el Fondo, pasando de pagos netos a desembolso netos para 2023. Es eso, o una recesión con aceleración de la inflación a lugares peligrosos", dijo a Clarín Emmanuel Álvarez Agis, exviceministro de Economía y titular de PxQ.

La propuesta sería que el Fondo desembolse más dinero este año de lo que hay que pagarle. Según el calendario programado, Argentina recibirá US$ 16.000 millones y deberá cancelar US$ 20.500 millones en 2023. Un bache difícil de rellenar aún con la flexibilización del piso de reservas. Antes, Massa deberá afrontar con reservas al límite el pago de US$ 2.680 millones que vence entre este lunes y martes, o patearlo a la espera del próximo giro del Fondo.

Por la sequía, la recaudación es otro flanco inquietante. No solo habrá menos derechos de exportación, también se recaudará menos Ganancias y otros impuestos. ¿Subirán impuestos o reducirán más el gasto para contener el déficit en las cuentas? Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el Tesoro perdería un 0,5% del PBI, unos US$ 4.000 millones. Por ello, la entidad propone aflojar la meta con el FMI de un déficit primario del 1,9% en 2023.