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Atentos a qué definen Cristina Kirchner y Alberto Fernández, Buenos Aires prepara el debate sobre qué hacer con las PASO

Es cuestión de tiempo. En la Provincia, el oficialismo prefigura el escenario con mayoría simple en la Legislatura para suspender las PASO 2023 y sólo espera que Cristina Kirchner resuelva sí avanza con esta estrategia en el Congreso Nacional.

En Buenos Aires, el Frente de Todos está a tres votos de conseguir el tratamiento.

Es un objetivo. Evalúan que la suspensión de las primarias nacionales es un golpe al objetivo de Juntos de procurar un ordenador político para solucionar la diversidad de candidaturas, desde los presidenciables hasta las gobernaciones. Las internas abiertas es el instrumento menos traumático de seleccionar la representación de la coalición en las diferentes categorías electorales. Por eso, la oposición se adelanta refractaria con la idea.

En cambio, el Frente de Todos, a partir del juicio a la vicepresidenta y el intento fallido de darle muerte, se comporta como un bloque sostenible, alineado. En la Provincia es más explícito. Cristina manda sin sombra de duda. Ella misma sería, llegado el caso, la candidata a senadora. Axel Kicillof va por la reelección. Para abajo, hasta la designación del último consejero escolar, el esquema se conforma con los poderes territoriales comprobados. Intendentes partidarios, el presidente del PJ, Máximo Kirchner, y “la lapicera” de la propia vice donde hubiera litigio distrital insalvable.

En simultáneo, ¿cómo resuelve Juntos la pluralidad de candidatos a la Gobernación? Sólo en el PRO disputan Cristian Ritondo, Diego Santilli, Joaquín de la Torre, Javier Iguacel (Capitan Sarmiento), Diego Valenzuela (Tres de Febrero). La UCR no tiene ese tropel de representantes, pero el presidente del Comité Provincia, Maxi Abad, o Gustavo Posse (San Isidro), dos que quieren jugar, no aceptan designaciones unilaterales como 2015 o 2019. Ya demostraron en 2021, con Facundo Manes, que la horizontalidad de las decisiones es condición de permanencia de la coalición. Esa interna posicionó al radicalismo como primus inter-pares con el PRO. La Coalición Cívica es subsidiaria. 

Primero, la cuestión debe resolverse más arriba. El kirchnerismo, que opera como sustituto del gobierno nacional –por inconsistencia presidencial de Alberto Fernández- en temas de competencia electoral, ya hizo el conteo de bancas en el Congreso Nacional para asegurarse el freno o la desaparición de las PASO. Es trámite inexcusable para que Buenos Aires proceda al mismo debate porque las Primarias para elegir gobernador se realizan el mismo día que los comicios generales en Nación.

En términos formales, como las PASO son un instrumento creado por ley, solamente un acto jurídico de la misma jerarquía -es decir, una nueva legislación- puede disponer la suspensión transitoria o también la derogación que determina la baja de esa instancia electoral de manera permanente.

Kicillof se comporta atento a esa evolución en el ámbito federal. Acaba de explicar que “es una discusión que se está dando”. “Veríamos qué ocurriría si el Congreso decide suspender las PASO del año próximo”, amplió el gobernador. Asume como perspectiva cierta la anulación. Ante la eventual derogación en el parlamento nacional, apoyará la misma iniciativa en la Provincia. El salteo de la primaria alcanzaría la candidatura a la Gobernación, diputados, senadores, intendentes, concejales y consejeros escolares.

Cómo están los números en Diputados y Senadores

No es un laboratorio nuevo. En 2018 - 2019, la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, sin mayor convencimiento, intentó despegar la elección provincial de la nacional. Hasta llegó a formarse una Bicameral para evaluar la factibilidad de ese cambio. No prosperó. Vidal se abstuvo por sugerencia vehemente del entonces presidente Mauricio Macri.

En los últimos meses, Salta y San Juan definieron que no tendrán primarias. Podrían agregarse otros. Es un movimiento en marcha rápida. Los oficialismos de esos distritos tienen acceso a mayorías simples sin demasiados esfuerzos. Por ahora, aguardan.

En Buenos Aires, la situación es más apretada en números de ambas cámaras. En Diputados, el Frente de Todos intentara llegar al quórum primero, condición para el debate posterior en el recinto, con las 42 bancas propias, más el unibloque “17 de Noviembre” (Fabio Britos), y “Unidad para la Victoria” (Débora Indarte). Debería sumar otras tres manos en alto. Aquí aparece la mayor incógnita: los dos representantes de FIT y de la Izquierda Socialista no fijaron posición. Pero, los tres integrantes de los libertarios de Avanza Libertad responden a la definición de Javier Milei. El líder libertario anticipó que está en contra de las PASO.

Sería una rareza política, una coincidencia efímera, aunque –si prospera-, gravitante. La variante sería que Avanza Libertad no garantice, con su presencia, el quórum necesario para habilitar el debate. La izquierda podría adoptar igual comportamiento. En su momento será una moneda en el aire.

Juntos tiene 43 escaños, contando con los dos diputados de Gustavo Posse (San Isidro). Es su limitante. La mayoría exige 47.

En el Senado, la cuenta es de almacenero: el Frente de Todos tiene 23 bancas y Juntos igual cantidad de asientos. Define la vicegobernadora, Verónica Magario. Su voto vale doble. Un trámite para FdT.

Si no alcanza, queda otra carta del oficialismo. La presión de algunos intendentes de Juntos que verían con aceptación la eliminación de primarias en sus municipios. Empujarían a la pasividad de los legisladores seccionales, sobre todo en la UCR del Interior bonaerense. Para los prejuiciosos que definen cierta elasticidad de los jefes comunales cuando se trata de sus propios intereses, recuerdan que los alcaldes, de un lado u otro, coincidieron al momento de voltear la cláusula que impedía la reelección indefinida en las 135 municipalidades.

Lo demás es discurso. El recurrente hace mención al “gasto” de un proceso electoral de esta naturaleza. En un país en crisis económico y social. Por otras contingencias, el peronismo gobernante, en 2009, sancionó las internas abiertas. Con Néstor Kirchner incluido en las listas (como testimonial). La alteración de ideas, al fin, es un método instalado. Pasa con la iniciativa de ampliar a 15 los integrantes de la Corte, cuando antes cinco eran suficientes para las expectativas del FdT.

Como sea, el kirchnerismo logró plantar agenda política, ante la apariencia de una confusión estratégica de la oposición. Y, más allá del resultado final, intenta armar el ánimo de su militancia para las contiendas electorales del año próximo.

Conurbano, los votos de Cristina

En ese plano, Buenos Aires es sustancial al objetivo. Reúne casi el 40% del padrón nacional. Es el ámbito propiciatorio de Cristina y si debilitan la posibilidad de consensos –via comicio interno y abierto- de la coalición opositora, consideran, estarán en condiciones de mostrarse competitivos en 2023.

Todo en un tránsito cenagoso por la cercanía del 100% de inflación anual y economía recesiva que condiciona hasta la propia institucionalidad. Lejos de las alquimias políticas actuales, como el borrado de las PASO. No obstante, la propuesta reformista en la Legislatura provincial seguirá en cocción a fuego lento. Los vapores últimos deberán esperar hasta después del tratamiento del Presupuesto 2023. Probablemente en las primeras dos semanas de noviembre. Superado el trámite, Kicillof estaría en condiciones de impulsar el proyecto. Será con carácter urgente.

La ley establece los plazos para la convocatoria para las PASO. Entonces, debería hacerse en diciembre o principios del 2023, en este caso en sesión extraordinaria, porque en marzo ya tiene que estar fijado el calendario electoral.

La normativa determina que el Ejecutivo debe convocar a las primarias en un plazo no menor de 120 días ni mayor de 150 días anteriores a la fecha de realización de las mismas.