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Cambio climático | El agua dulce del planeta se agota

Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó que el cambio climático está afectando las fuentes de agua dulce en el mundo y por lo que podríamos enfrentar escasez crónica de este vital líquido. “En la actualidad, 3.600 millones de personas en el planeta tienen problemas de acceso a recursos hídricos potables al menos un mes al año y se espera que esta cifra alcance los 5.000 millones en 2050”, indica el organismo internacional.

Fuente: OMM

ESPAÑA (30/11/2022).- Organización Meteorológica Mundial (OMM)  publicó su primer informe sobre el estado de los recursos hídricos mundiales para evaluar los efectos del cambio climático, ambiental y social en los recursos hídricos de la Tierra.

A pesar de que el planeta se llama Tierra, tres cuartas partes de la superficie es agua o lo que es lo mismo 1.386 millones de kilómetros cúbicos del líquido elemento. Un 70% del que su amplia mayoría, casi el 98%, son mares y océanos, es decir agua salada. Sólo el 2,4% es agua dulce presente en glaciares, ríos, bajo el suelo o la atmósfera. Solo un 0,025% de ese casi 3% es agua potable y «cada vez es menor», señala la OMM.

El pasado 2021 fue un año «extremadamente seco en varias partes del mundo», asegura el organismo dependiente de Naciones Unidas en su primer informe sobre el estado de los recursos hídricos del planeta. «La Niña y el cambio climático han modificado el patrón de precipitaciones global», asegura el texto.

A pesar de este fenómeno meteorológico, La Niña, (tradicionalmente causa un enfriamiento natural de los termómetros) el pasado ejercicio se situó entre los diez más calurosos registrados hasta la fecha, según la OMM.

Finalmente, la temperatura media global cerró en 1,1 grados, «0,13 grados por encima de la era preindustrial», añaden los investigadores de la organización. Mientras que «amplias zonas del planeta registraron condiciones más secas de lo normal», añaden. Solo un tercio de las regiones se ajusta a la media de las últimas tres décadas, concluye el informe.

«Los impactos del cambio climático se dejan sentir a menudo a través del agua», explica Petteri Taalas, secretario general de la OMM. «Se están agudizando los fenómenos extremos», añade. En tan solo una hora, la ciudad china de Zhengzhou registró 201,9 mm de lluvia, récord histórico del país. En 6 horas, alcanzaron 382 mm y en 24, 720mm.

En el otro lado de la balanza: Río de la Plata en Sudamérica, Estados Unidos, el sur y el sureste del Amazonas son las señaladas.

Aunque las miradas también se dirigen al continente africano: «Ríos como el Níger, el Volta, el Nilo o el Congo tuvieron un caudal inferior al habitual », destacan los investigadores de la Organización Meteorológica Mundial.. Anomalía que también se registró en la Europa oriental y en Asia central.

El bajo nivel de los ríos cada vez es más frecuente a lo largo de todo el planeta y «solo puede explicarse si se incluyen los efectos del cambio climático », advierten varios investigadores en una investigación publicada a finales de 2021 en la revista Science.

«La influencia humana en el clima ha afectado la magnitud de los caudales fluviales bajos, medios y altos a escala global», añaden.

El bajo nivel de los ríos cada vez es más frecuente a lo largo de todo el planeta y solo puede explicarse si se incluyen los efectos del cambio climático.

La criosfera (nieve y hielo) es crucial para el almacenamiento de agua dulce. El derretimiento de los glaciares en las zonas de alta montaña significa que las “torres de agua del mundo” corren el riesgo de secarse, amenazando la futura seguridad hídrica de millones de personas

Déficit hídrico

La merma del caudal de los ríos también deja su impacto en la disponibilidad de las aguas subterráneas, muchas veces «sobreexplotadas por el regadío». Sin embargo, el calentamiento global también dispara la desaparición de estos grandes embalses subterráneos.

«El derretimiento de la nieve y el hielo tiene un impacto muy significativo en zonas como la Patagonia, Alaska y el Himalaya», destaca la OMM. De hecho, la criosfera (el agua de los glaciares, capas de nieve, de hielo o el permafrost) da ‘de beber’ a 1.900 millones de personas en todo el planeta y «su desaparición pone en riesgo la seguridad alimentaria y salud de todos ellos».

«Todos tenemos presentes el impacto del cambio climático, pero desconocemos los cambios que produce en la distribución, la cantidad y la calidad del agua dulce disponible» Petteri Taalas secretario general de la Organización Meteorológica Mundial.

«Todos tenemos presentes el impacto del cambio climático, pero desconocemos los cambios que produce en la distribución, la cantidad y la calidad del agua dulce disponible», alerta Taalas.

En la actualidad, 3.600 millones de personas en el planeta tienen problemas de acceso a recursos hídricos potables al menos un mes al año y se espera que esta cifra alcance los 5.000 millones en 2050.

Por ello, la última cumbre del clima , la COP27, celebrada en Egipto trató de poner el foco en el líquido elemento con una jornada dedicado a él con el lanzamiento de la Iniciativa de Acción para la Adaptación y Resiliencia del Agua (AWARe), cuyo objetivo es fomentar los esfuerzos políticos, la acción práctica, el intercambio de conocimientos y el desarrollo de capacidades de campo para colocar los sistemas de gestión adaptativa del agua en el corazón de la agenda de adaptación al cambio climático.

Agua y alimentos

Según los últimos datos de la FAO, más de 2.000 millones de personas viven en países con “estrés hídrico”, es decir, cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible. Entre ellos, unos 700 millones -aproximadamente el 10 % de la población mundial-, lo hacen en territorios con un estrés “crítico”.

Así, la agencia de la ONU recordó que este año los efectos del cambio climático se han hecho notar con especial incidencia, mediante inundaciones con niveles de récord, ciclones, marejadas, deslizamientos de tierra y sequías en regiones de todo el mundo.

Además, la crisis actual de fertilizantes y distribución de alimentos, propiciada por la guerra de Ucrania, está afectando a la población que ya era más vulnerable a la escasez de recursos acuáticos, como los pequeños agricultores.

“Este año se han dado numerosos impactos que han supuesto más riesgos e inestabilidad al ciclo del agua, y esto afecta a todos los países. Necesitamos una nueva forma de gestionar el agua”, indicó Dongyu.