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Colapsan las tasas de interés en Estados Unidos: todo cambió épicamente en una semana

Durante la semana pasada algunos bancos regionales de Estados Unidos sufrieron una corrida bancaria con severas consecuencias en sus libros y valuaciones, pero el gobierno de Estados Unidos decidió proteger al 100% a los depositantes de manera que este episodio, en principio, no culmine como la catástrofe del 2008. 

¿Qué aprendimos del 2008? Que nunca se sabe cómo culmina una corrida bancaria por lo que hay que frenarla de cuajo y, si es necesario, con un misil, cuanto más exagerado mejor. Lo propio ocurrió con el Credit Suisse que obligo al Banco Central de Suiza a articular una inyección de liquidez de emergencia.

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Las consecuencias respecto a la política monetaria de la Fed han sido enormes. Toda la curva de tasas norteamericana sufrió un colapso épico lo cual significa que Wall Street hizo un repricing del escenario esperado absolutamente brutal. 

Solamente días atrás, se esperaba una Fed bastante hawkish (restrictiva) luchando a una inflación que, por ahora, parecía mostrarse como resiliente. En ese frente, los distintos integrantes de la Fed no paraban de decir: "Estaremos con una tasa de referencia subiendo y por mucho tiempo" en lo que era su único objetivo, es decir, frenar rápidamente la inflación de Estados Unidos y llevarla al 2% a la mayor velocidad posible.

Solamente días atrás, se esperaba una Fed bastante hawkish.

El mercado de futuros de tasa de referencia, el cual se encarga de anticipar el sendero futuro de la Fed, ha colapsado sustancialmente en el sentido en el que ya casi no se esperan más subas de tasas de referencia en el futuro cercano y, además, ya se empieza a descontar que en breve la Fed estaría bajando su tasa de referencia, algo que sonaba absolutamente imposible solo unos días atrás. 

En esta sorpresivamente renovada coyuntura, el dólar vuelve a debilitarse contra todas las monedas del G10, el oro y la plata vuelven a ralear consistentemente y las criptomonedas han tenido una revancha épica, en especial después de que la burocracia del gobierno de Biden intentó limitarlas sustancialmente.

Lo cierto es que, solo días después de semejante ataque regulatorio al mundo cripto, los que palmaron, en cambio, fueron los bancos regionales, convirtiéndose las criptos en un refugio inesperado de riesgo. 

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Esto nos retorna a un escenario mucho más complaciente de una Reserva Federal que, a desgano, deberá aceptar un proceso desinflacionario mucho más lento del que nos venía sugiriendo en el pasado reciente. Todo este evento en sí mismo no hace otra cosa que seguir desprestigiando a una Fed que viene muy mal a nivel de reputación desde su conclusión que la inflación era un fenómeno transitorio hacia mediados de 2021.

De esta forma y sin avisar, la realidad nos ubica ahora en una coyuntura donde se espera una Fed mucho menos agresiva, no por convicción, sino por necesidad, en el sentido que toda la restricción monetaria implementada durante el 2022 terminó rompiendo algunos bancos y con eso no se juega. 

Varias preguntas surgen como consecuencia de la caída del SVB (Silicon Valley Bank). Primero, ¿habrá generado este evento el fin del ciclo de restricción monetaria más acelerado que jamás haya implementado la Fed? Segundo, se dice que todo bear market (mercado bajista) culmina con una mala noticia entonces: ¿habrá sido el evento de SVB el catalizador que genere el inicio de un nuevo bull market para el S&P o esto es demasiado temprano para que ocurra? Tercero, ¿habrá sido este evento el que vuelve a poner a las criptos en un bull market o es solo un formidable rebote dado el selloff (venta) que generó el mercado al enterarse que se caía el SVB?

La caída del SVB nos regala una Fed muchísimo más laxa.

Resulta imposible responder a estas preguntas con lo que hoy sabemos, pero lo que sí resulta muy probable es que, como consecuencia de todas las rupturas ocasionadas por la Fed al sistema financiero, a Jerome Powell no le quede otra alternativa que bajar varios cambios en su estrategia de suba de tasas de interés y por lo tanto aceptar a desgano y con pérdida de reputación un sendero desinflacionario en Estados Unidos mucho más lento al que hubiera querido. 

El objetivo de la Fed era llevar cuanto antes la inflación de Estados Unidos al 2%. Probablemente ahora el objetivo siga siendo el 2%, pero tendremos una Fed mucho más permisiva y paciente por una sencilla razón: si se pasaron quince largos años implementando la política monetaria más laxa de la historia, no tiene sentido intentar desinflacionar en solo dos años como pareciera que era el objetivo inicial. 

Conclusión probable: la caída del SVB nos regala una Fed muchísimo más dovish (laxa). Aparecieron los primeros "puts gratis" de la Fed y también del Banco Central Suizo. Sin embargo, un evento de riesgo sistémico no puede descartarse a esta altura de los acontecimientos.