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El ajuste que viene: bajan un 15% los subsidios y crece fuerte el pago de intereses de la deuda

El Presupuesto del 2023 traerá recortes marcados en el gasto público. Entre las partidas que más sentirán el ajuste están las prestaciones de seguridad social y los subsidios, mientras que el pago de la deuda será uno de los rubros que más se expandirá.

Un análisis de Nadin Argañaraz, director del IARAF, apunta que el gobierno nacional espera que el 2023 cierre con un total de gastos de $ 30.328.120 millones, un 71,6% más que en el cierre fiscal del 2022.

En los hechos, esto implica que el presupuesto que empezó a debatirse en el Congreso viene con un recorte del 2% real respecto de la inflación.

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Cuando se analiza la composición del gasto 2023 puede verse que si se excluye el pago de deudas, el ajuste es aún mayor. "El gasto primario prevé una reducción mayor, del 3,4% real interanual. La menor caída real del gasto total se debe a que los intereses de la deuda se incrementarían un 15,8% real en el 2023 respecto al 2022".

Argañaraz detalló que "el recorte de gasto no afecta a todos. Las transferencias de capital a las provincias y el gasto salarial crecerían. Caerían el gasto en déficits operativos de empresas públicas, bienes y servicios, inversión real directa, transferencias corrientes y prestaciones de la seguridad social".

Al considerar cada tipo de gasto, se observa que las transferencias corrientes, que incluyen envíos a provincias, universidades y subsidios económicos destinados al sector privado, son las que presentan mayor caída real, del orden del 14%.

En este ajuste se incluye el recorte de los subsidios a las tarifas, que encarecerá las facturas para los usuarios pero a la vez permitirá achicar el gasto público en transferencias corrientes.​

El IARAF detalla que los gastos que crecerían en términos reales serían la inversión real directa (21,7%), las rentas de la propiedad -el pago de la deuda- (15,8%), y las prestaciones de la seguridad social que contienen principalmente jubilaciones y pensiones contributivas y no contributivas (3,4%).

Ajuste y recesión

Pese a que desde el Gobierno huyen de la expresión "ajuste" y prefieren diluir el recorte en el eufemismo de "reasignación de partidas", algunos aliados del oficialismo ponen el dedo en la llaga, Es el caso del ex director del Banco Nación Claudio Lozano, desplazado cuando Silvina Batakis llegó a la presidencia de la entidad.

"El proyecto de presupuesto 2023 refleja la decisión del ministro Massa de profundizar el ajuste fiscal y monetario poniendo en recesión la economía en el segundo semestre del corriente año", sostuvo Lozano a través de un documento del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.

El documento precisa que los servicios de la deuda son el principal componente del gasto, ya que representan el 16% del gasto público total. Y destaca que el acuerdo con Fondo Monetario no solucionó el problema.

"La creciente dependencia del endeudamiento en moneda local se ha transformado en un problema que también ahoga a las finanzas públicas y eleva la subordinación de la gestión gubernamental al financiamiento que los principales agentes del mercado doméstico decidan darle. Señalamos esto porque del total de servicios de deuda expuesta, el 15% es en dólares y el resto, en moneda local".

También desde el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), vinculado a la oficialista Central de Trabajadores argentinos (CTA), apuntan que el presupuesto 2023 viene de la mano del ajuste.

El cálculo de CIFRA es que la reducción del gasto primario en precios constantes alcanzará el año próximo el 3,7% del PBI. Anticipan "un fuerte recorte en los servicios económicos con énfasis en energía y transporte", junto con "el déficit de las empresas públicas y en las compras de bienes y servicios".

En el diseño del Presupuesto 2023 el equipo del ministro Sergio Massa se mueve en un tablero frágil, entre las demandas políticas del kirchnerismo y la necesidad de ajustar para mantener vivo el acuerdo con el Fondo.

Las metas comprometidas con el FMI prevén pasar de un déficit primario del 2,5% PBI para 2022 a un rojo de 1,9% para 2023.

Para la consultora FMyA se llegará a este resultado a través de un recorte del gasto que buscará cubrir también la caída de los ingresos, en un año de menor actividad económica.

"La baja de 0.6 puntos en el déficit público viene por baja del gasto del 1,2 puntos, gran parte por recortes en subsidios (1% PBI) y un poco por salarios. Por otra parte, los ingresos caerán 0,6% PBI, sin cambios ni nuevos impuestos, pero leve baja de recaudación de retenciones, Ganancias y PAIS", señala FMyA.

AQ