Al inicio de su editorial, Federico van Mameren recordó que "el lunes se fue Juan Nicolás Aráoz, un abogado más del foro local, que tenía una sonrisa y una conversación amables, un hombre de la democracia al que le preocupaban las instituciones, que abrigaba la voz de Alberdi, que trataba de que sus valores siguieran estando y así lo hacía desde su rol en el Colegio de Abogados".
Y, en ese sentido, resaltó dos anécdotas de Aráoz que encontró en el archivo de LA GACETA. "Me sorprendió que siendo veedor de la Junta Electoral, de pronto descubrió que un pariente suyo era candidato e inmediatamente renunció, cuando hoy los funcionarios tratan de poner parientes suyos en la Junta para que les cuiden los ingresos", destacó.
Recordó luego que "cuando Aráoz era muy joven, a fines de los 60, fue nombrado secretario de Gobierno de la Municipalidad y nombró gente colaboradora, pero en un momento dado desde la Casa de Gobierno le pidieron que no trabajen dos de esas empleadas, entonces renunció a su cargo porque se había entrometido el Poder Ejecutivo en la administración municipal".
En ese sentido, el periodista recordó el caso de Germán Alfaro, que siendo secretario de gobierno municipal hizo un comentario que no le agradó al entonces gobernador, José Alperovich, y tuvo que dejar el cargo. También repasó lo sucedido con Francisco Sassi Colombres, designado por el propio Alperovich para ir a la Corte, pero después llamó el presidente Néstor Kirchner para decirle "no puede ser ese, tenés que cambiarlo" y le bajaron la mano, dijeron que fue una equivocación y votaron a otro. "Pudieron haber renunciado todos, pero la ética y las responsabilidades ya no se juegan así", afirmó.
Por último, sostuvo que "la oposición, arrastrada por el egoísmo, hoy es lo mismo que el oficialismo: prometen un plan, pero no les interesa ni el plan ni el ciudadano, sino el ego propio y poder ser candidatos. Si hay algo que prima en las figuras actuales son los egos y no el bien común".
