Argentina
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El Gobierno, otra vez, busca correr el eje cuando sube la inflación

Los problemas en el tendido de Edesur -que mortificaron a miles de hogares en la reciente ola de calor- le vuelven a servir al Gobierno para buscar culpables de sus tropiezos. Sergio Massa estuvo silente frente al dato de inflación de febrero (de 6,6%), pero el lunes hizo una presentación en la que pretendió mostrarse enérgico frente a los cortes de luz.

Es la tercera vez que el Poder Ejecutivo recurre a una artimaña para instalar ciertos temas en la opinión pública. Como no encuentra palabras para justificar la elevada inflación, la jugada de demonizar a una concesionaria de las privatizaciones, en lo posible extranjera, ya se vuelve habitual.

El ministro Massa se muestra como un funcionario que escucha a las empresas. En ese sentido, parecería chocar con el núcleo del relato ultracristinista, donde las compañías son culpables de todos los males. Con Edesur hay un espacio común: ambos sectores pueden fustigar sin incomodar al otro.

Edesur posee una red eléctrica que va bajo tierra. Es diferente a la de Edenor, que es aérea. Las reparaciones de ese cableado son costosas. En las últimas dos décadas, el marco regulatorio eléctrico -es decir, las reglas en las que operan las empresas- solo se aplicó en dos años: 2017 y 2018. Es decir que las empresas contaron con ingresos para realizar inversiones solo durante esos dos años.

La red de Edesur posee falencias, como queda evidenciada frente a cada pico de calor. ¿El Estado se encuentra en condiciones de hacerle reclamos al respecto? Desde 2002, el gobierno nacional incumple las concesiones de servicios públicos. “Se incumplen las revisiones tarifarias desde 2019”, esgrime la empresa en cada ocasión que el Gobierno la critica.

Los aumentos en las boletas de luz vienen corriendo detrás de la inflación en 2019, 2020, 2021 y 2022. Quizás este año acompañen el ritmo del costo de vida. Las recomposiciones de 2016-2018 fueron tras un período de 2002-2015 de semicongelamiento.

“La gente quiere que el sistema funcione como si se tratara de Europa, pero con las tarifas argentinas”, bromean los expertos energéticos.

Massa se encargó de recalcar que “no se afecta la propiedad” de la compañía. Es decir que la italiana Enel seguirá siendo la propietaria del 75% de la empresa.

“Ferraresi no se va a hacer cargo de la operación de la empresa”, explicó Royón. “Va a asegurarse que se hagan inversiones comprometidas”, señaló la funcionaria.

El primer dato de inflación de la gestión de Massa como ministro de Economía se conoció el 14 de septiembre. El ex diputado había asumido en los primeros días de agosto. Durante ese mes, la inflación fue del 7% mensual. Sin embargo, el día que se divulgó ese dato, el Gobierno tenía preparada una denuncia penal contra Abertis, la concesionaria de Autopistas del Sol.

El método se repitió el martes 14 de febrero. Fue cuando se conoció el dato de inflación de enero. Durante el fin de semana anterior -e incluso el día antes en que se difundió el dato- Edesur tuvo interrupciones en el suministro para más de 185.000 hogares. Un número más que suficiente para que el ala política del Frente de Todos saliera a pedir la expropiación de la empresa y la quita de la concesión.

El miércoles 15 de febrero, que podía ser un día dominado por la inflación que no baja, terminó teniendo al destino de los propietarios de Edesur como protagonistas de la jornada.

Los datos de inflación de febrero -conocidos en marzo, con una suba del 6,6% que sorprendió hasta al más pesimista- coincidieron con la última ola de calor. Allí, los cortes de luz se propagaron por miles de hogares, y duraron más que en las ocasiones anteriores. Los perjuicios en el día a día de los hogares fueron inconmensurables.

En los planes de Massa no está la expropiación de Autopistas del Sol ni la de Edesur. El ministro no desconoce que Edesur está en venta. En el Frente de Todos temen que esa participación accionaria quede en manos de Nicolas Caputo, el amigo del ex presidente Mauricio Macri. En ese espacio, preferirían que la eléctrica vaya a otras manos nacionales.

“Argentina tiene la regulación más bizarra del mundo”, expresó Francesco Starace, CEO de la italiana Enel en Harvard. Fue cuando le preguntaron por qué la compañía se estaba yendo de Argentina. Sus declaraciones cayeron mal en el Poder Ejecutivo. Así, sumó méritos para que el oficialismo siga demonizando a la empresa.