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En el oficialismo dudan de la mesa electoral del Presidente y dicen que no calmará la interna

En oficialismo relativizan el alcance de la mesa electoral que el Presidente accedió a convocar esta semana. “No va a servir para institucionalizar el Frente de Todos ni para que Cristina y Alberto se reconcilien, pero sí puede ser una instancia de diálogo para empezar a ordenarnos”, explicó un integrante del Gabinete que mantiene un vínculo aceitado con todos los sectores del peronismo.

La composición de esa mesa ecuménica todavía es una incógnita, pero tal como adelantó Clarín habrá presencia gobernadores, delegados del Presidente, La Cámpora, la CGT y los movimientos sociales. La Casa Rosada ya empezó a convocar a todos los estamentos de la coalición para plasmar un primer encuentro. La fecha tentativa que escucharon algunos de los mandatarios provinciales contactados por el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos es el próximo sábado 11 de febrero.

Entre los ministros de Fernández que hacen política hay dudas sobre la conveniencia de realizar un encuentro con demasiados interlocutores y promocionado a través de los medios. “Eso solo va a servir para un día. Hay que restablecer la confianza y pautas básicas”, explicó un funcionario con juego propio respetado por La Cámpora y el Presidente.

Muy cerca del Presidente son más entusiastas y justificaron la amplitud de la mesa. "Si no van representantes de cada grupo, van a patalear todos. Sí podemos tomar decisiones de campaña y es correcto que todos vayamos unificando mensaje", explicó uno de los hombres que más escucha Fernández.

Algunos de los fundadores del Frente de Todos destacan que no está claro si habrá “una regla de oro” de cara a los comicios, como ocurrió en 2019. En las elecciones que entronizaron a los Fernández, se dispuso que no habría internas en ningún distrito gobernado por el peronismo.

Mientras el chaqueño Jorge Capitanich pide trabajar en candidaturas de consenso -y él mismo promociona su nombre para ocupar el lugar en lo más alto de la boleta- en el peronismo hay muchas dudas sobre el diseño de una hipotética interna. “¿Y si hay más de una boleta en las provincias para elegir diputados o senadores, ¿cómo se cruzarían?”, se preguntan. La ecuación podría tener forma de Y (con varias listas a cargos ejecutivos y una para cargos legislativos) o de X (con varias listas a cargos ejecutivos, una para cargos legislativos y varias para cargos provinciales). 

Hoy en el oficialismo son más las voces que sugieren la necesidad de no volver a repetir la experiencia de 2021, cuando -solo en la Provincia- el Frente de Todos tiró por la borda 51 boletas. “Juntos por el Cambio demostró que una interna competitiva puede potenciar el espacio”, señaló un intendente que en su distrito supo competir con La Cámpora. Los gobernadores siguen diferenciándose de la estrategia nacional. El riojano Ricardo Quintela se sumó al lote de 15 gobernadores que decidieron desdoblar los comicios provinciales de los nacionales.

Sergio Massa, que insiste en que no será candidato, tuvo una participación activa en la desescalada de la interna, que -después de un fin de año de tregua- recrudeció con los mensajes off the record de Wado de Pedro contra el Presidente. El ministro de Economía -que no para de recibir a gobernadores en su despacho- fue un puente entre los Fernández, que en las últimas horas restablecieron su contacto vía Telegram.

El ministro camporista y principal delegado de CFK visitó el lunes en el Senado a la vicepresidenta horas antes de publicar un hilo de tweets para tratar de calmar la interna. En su entorno, sin embargo, destacaron que no hubo contacto entre el Presidente y -en los papeles- su ministro político. “Ellos no pararon de hacer off con Juanchi Zabaleta y (Santiago) Cafiero. Nosotros hicimos uno y casi le hundimos el barco”, se jactó un funcionario camporista.

La hoja de ruta para ordenar el discurso oficialista todavía genera dudas entre los socios del peronismo. “No podemos hacer campaña con lo que hicimos en estos 4 años. Tenemos que hablar de futuro”, señala otro integrante del Gabinete.

Ese plan choca, por ahora, con los movimientos de Fernández, decidido a promocionar su gestión. Fernández solo comparte actos con tres ministros: Gabriel Katopodis, de Obras Públicas; Santiago Maggiotti; de Hábitat; y Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social. Los dos primeros tienen buen vínculo con Fernández y estuvieron en el encuentro del FdT bonaerense en Merlo, aunque hoy no pueden considerarse albertistas. La jefa de la Cartera social no fue invitada a Merlo, pero acompañó al Presidente a un acto que mezcló gestión y política con el intendente de Ezeiza Alejandro Granados. El piquetero albertista Luis D'Elía la postuló públicamente para ser la candidata a vice de Fernández.

"Después de que Cristina dijo que se bajaba, Alberto aprovechó para recuperar algo de la centralidad política", reflexionó un ministro consultado por este diario.

Entre los referentes más pragmáticos del peronismo, La Cámpora y algunos intendentes bonaerenses persiste la pregunta de qué candidato podría retener los votos de Cristina Kirchner a nivel nacional. Sobre todo, para garantizar una victoria en la Provincia, madre de todas las batallas y distrito sin balotaje.

Axel Kicillof ya demostró que puede hacerlo en la Provincia, donde pretende ser reelegido. Los números de las encuestas que avalan su operativo para la reelección (y que hasta ahora parecían haber convencido a sus detractores), constituyen el principal argumento de varios dirigentes para que el gobernador vaya en lo más alto de la boleta nacional y se corra de la bonaerense. “Es casi imposible retener la gobernación si perdemos la presidencial”, advierten.