Argentina
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Hace 20 años, con Alain Touraine en la Casa Rosada

El intelectual francés visitó el país durante los álgidos días de 2002 y se preguntaba si existía "una" sociedad argentina en condiciones de ser gobernada.

Casi parecía una escena de la Argentina de los 80, pleno renacimiento democrático. Los altavoces inundaban la Plaza de Mayo con la música y las voces de Mercedes Sosa, León Gieco y Víctor Heredia acompañando la protesta sindical. Adentro de la Casa de Gobierno, Alain Touraine, el prestigioso sociólogo francés, ilustraba a un grupo de académicos y funcionarios sobre las dificultades de la gobernabilidad en los tiempos agitados que se vivían.

Corrían los últimos días de octubre de 2002 y ni los actores, salvo el propio Touraine –llevando con juvenil elegancia sus setenta y tantos–, y alguno que otro de los presentes, ni la situación tenían mucho que ver con aquellos años de efervescencia participativa.

El planteo de Touraine era que la Argentina no padecía tanto una “crisis de representatividad” de su dirigencia política como una “crisis de representabilidad” de su sociedad. Sutil diferencia: la gobernabilidad significa dos cosas, la capacidad de gobernar y la de ser gobernados.

Alain Touraine visitaba con frecuencia la Argentina. Foto Mario Quinteros
Alain Touraine visitaba con frecuencia la Argentina. Foto Mario Quinteros

El país sufría dificultades serias en ambas dimensiones, pero lo que se preguntaba Touraine era si existía “una” sociedad argentina en condiciones de ser gobernada. Con un porcentaje de excluidos, desocupados y pobres que había trepado en pocos meses a un 40%, la Argentina mostraba una fractura social y un fracaso de las instituciones políticas en establecer mediaciones para resolver los conflictos.

Este fracaso, marcaba Touraine, tenía como espejo un movimiento antipolítico de carácter contestatario y reactivo: “Hay un rechazo de esta política pero tampoco existen visos de que se quiera cambiarla”.

Y remataba entonces, devolviendo la pelota a los intelectuales: este país se construyó desde la escuela y lo pensaron mentes capaces de vincular a la sociedad civil con la sociedad política, en instituciones que incluyeran a todos.

A poco más de veinte años de aquella visita, la visión de Touraine sobre la Argentina adquiere renovada vigencia. Así como la obra que deja. Uno de sus últimos libros nos deja planteada la pregunta más acuciante, a manera de legado: ¿podremos vivir juntos?

PC