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Justicia para Lucio: dejar de mirar para otro lado

La sociedad se indignó con la historia de maltratos contra el niño de 5 años de La Pampa. La violencia contra niños y niñas es mucho más común de lo que se cree.

La madre de Lucio Dupuy y su pareja fueron declaradas culpables: un tribunal pampeano consideró que asesinaron al nene de 5 años. La pena -prisión perpetua-, era la esperada.

Lucio fue golpeado, pateado, maltratado y abusado durante mucho tiempo hasta finalmente ser asesinado en noviembre de 2021. Las pruebas contra la madre, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Abigail Páez, son contundentes.

La familia del niño y sus abogados se mostraron conformes con la sentencia. Podría decirse que se hizo Justicia. Aunque es difícil pensar en esa palabra ante la muerte de un niño.

Las niñas y los niños sufren mucha más violencia de lo que se piensa. Desde las más sutiles hasta las más tremendas, UNICEF publicó un estudio en el que asegura que el 70% de los padres admite golpear, insultar y gritar a sus hijos como método de crianza.

Las estadísticas de los delitos más graves son pocas y los datos no representan en absoluto la realidad por una razón muy evidente: las niñas y los niños no denuncian, porque no saben, porque no pueden, porque están amenazados. Por eso es importante que toda la sociedad se involucre en la crianza de las infancias: las escuelas, los clubes, los hospitales y centros de salud son lugares estratégicos para detectar maltratos, abusos y violencia. En el caso de Lucio todas esas personas fallaron. Y eso que están obligados por ley a denunciar: la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, NIños y Adolescentes. 

La mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar. En una publicación de UNICEF donde analiza los datos de distintos programas estatales sobre violencia contra niños, niñas y adolescentes, se lee que entre octubre 2020 y septiembre 2021, 9.989 niñas, niños y adolescentes sufrieron distintos tipos de violencias (el 59,4% eran de género femenino): más del 65% fueron víctimas de violencia psicológica, un 31,1% padeció violencia física y psicológica y un 33,3% recibió violencia física. Además, 3.219 niñas, niños y adolescentes sufrieron violencia sexual. En el 74,2% de los casos, los agresores eran del entorno familiar o cercano: 4 de cada 10 de las víctimas fueron agredidas por su padre o padrastro, y 3 de cada 10 por su tío, abuelo o hermano.

Una manera de bajar la violencia y la enorme cantidad de abusos sexuales intrafamiliares es con la Educación Sexual Integral que se da y aprende en las escuelas. Pero la ley de 2006 sigue siendo resistida por ciertos sectores religiosos y conservadores. Hay agrupaciones de padres que militan en contra al grito de "Con mis hijos no te metas", como si los niños y las niñas fueran de su propiedad y no ciudadanos sujetos de derechos. 

Esta idea de propiedad y de tutela es la que ha llevado (y sigue llevando) a cometer todo tipo de atrocidades contra las niñas y los niños. Incluso matarlos. Lo más común es que lo hagan sus padres. Asesinar a los hijos para vengarse de sus madres es un clásico. En España se llama violencia vicaria. En Argentina se los registra como femicidios vinculados: hubo 49 en los últimos 4 años.

¿El fallo de la Justicia contra la pareja es justo? Sí, todas las pruebas confirman que merecen prisión perpetua. Lucio tendrá justicia. Todos los niños y niñas violentados deberían recibir la misma justicia, la misma atención y la misma indignación por parte de la sociedad, que tantas veces es la primera en mirar para otro lado.