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Los resultados del último registro revelan errores en la medición de la población para La Matanza.
Hace 15 años o más, el economista e investigador del Conicet, José María Fanelli, decía que la economía argentina enfrentaba una oportunidad casi inigualable porque atravesaba una recuperación sostenida por términos de intercambio como nunca había visto (China crecía al 12% anual) y porque tenía un bono demográfico.
Hoy los precios siguen siendo ventajosos -pese a que este año China crecerá cerca de 5%, en 2022 se registraron los mejores términos de intercambio que se hayan tenido registro-, el bono demográfico rinde aún beneficios y sin embargo, 15 años después, se habla de ‘fraude demográfico’.
El término bono demográfico es un concepto estándar que utilizan demógrafos y economistas para referirse a una ventana de oportunidad que enfrenta un país cuando una fracción de sus habitantes crea riqueza (trabaja) mejorando la calidad de vida del resto. Se erige sobre el hecho de que una parte de la población atraviesa su edad más activa y otra está en lo que se denomina etapa dependiente (del trabajo del resto). La combinación de ambas varía si la fecundidad y mortalidad bajan por ejemplo. Ambos fenómenos (baja fecundidad y mortalidad) son cuestiones separadas pero que ocurren al mismo tiempo e impactan en el desarrollo de las sociedades, economías y países.
Un efecto importante para la economía de la baja de la tasa de fecundidad es que podría darle ‘aire’ a prepararse para invertir en la generación que dentro de unos años se educará y capacitará para sostener a la población dependiente, que eventualmente hoy está activa y que puede trabajar más años gracias a la baja de la mortalidad. Esto es un bono para las economías que pueden sacar provecho para mejorar la educación en el futuro y volver el trabajo más productivo.
“La Argentina transita esto desde hace varias décadas y quizás ahora estamos en el punto máximo del bono”, dice Rafael Rofman, economista, demógrafo y ex consultor del Banco Mundial. “Tenemos unos 20 años más para disfrutar de esto”.
El tema, como todo, es si la Argentina lo está haciendo.
¿Usted qué cree?
La pobreza infantil aumentó en dos décadas y actualmente supera 60% -con los precios internacionales a favor-. Esto demuestra que Argentina acumula poco capital humano.
Y de los todavía escasos resultados del Censo 2022 no surgen demasiados datos que arrojen luz sobre si las políticas públicas en la Argentina están realmente enfocadas en aprovechar este bono demográfico. El error en la medición de la población de La Matanza en el Censo 2010 confirmado con el resultado del Censo 2022 (se sobreestimó su población en 2010 y se habla de fraude demográfico), ratifica que en Argentina se toman decisiones a ‘ojímetro’ y malos datos.
