"Soy el bicho raro del grupo", dice Franco (16), que asiste al Lengüitas y dice ser centro de las críticas por pensar distinto. "Hay algunos que me odian", afirma.
Mariana Fabbrizzi es una de las madres que pone el cuerpo, asiste a convocatorias, va a los medios para visibilizar la situación de las toma y pugna por el retorno a las clases en general y al Lengüitas en particular, adonde asiste su hijo Franco (16), quien abiertamente no está de acuerdo con sus compañeros de cuarto año y es depositario de situaciones incómodas.
"Franco se la banca, hace años que se la banca, pero a él lo ningunean, lo barden, le hacen bullying porque piensa distinto. Compañeros que apoyan la toma lo prejuzgan y él se limita a dar su pensamiento, sus ideas y por suerte la situación no llegó a mayores, no hubo agresión física", dice Fabbrizzi.
Clarín pudo hablar con Franco, que no asistió a la convocatoria de padres en contra de la toma del Lengüitas pero como vive a dos cuadras del colegio aceptó hablar con este medio. "Soy el bicho raro del curso, cada cosa que digo genera malestar en el otro, no sé por qué. ¿Será porque no sigo al rebaño? El otro día un compañero me dijo: 'no te das cuenta que todos te odian'. Yo no creo que todos me odien".
"Yo aprendí a tener mis pensamientos, mis valores, mis ideas y sigo aprendiendo, pero no las voy a transar. Yo miro todo, escucho a todos y saco mis conclusiones, no quiero que opinen por mí, no me dejo inducir", dice.
"Si la maestra de Geografía e Historia da las materias en inclusivo, no puedo aceptarlo y callarme la boca. No puedo concentrarme, me desenfoca de lo importante. ¿Qué querés que haga? Suena raro, forzado. Y si esa misma maestra dice que Matemática habría que enseñarla en inclusivo, ya me duele la cabeza. Hay compañeros que no les importa, que les da lo mismo, a mí no, eso no pasaba antes".
Hace diez años que Franco asiste al Lengüitas, es uno de los veteranos del colegio y pese al clima en contra "nunca pensé en irme o querer cambiar, porque donde estoy es un colegio bueno, importante y no es fácil tener una vacante, Mi mente está en terminar en el Lengüitas y después veré".
Dice que desde primer año empezó a sentirse "un bicho raro, centro de críticas, burlas y bullying". También remarca que ya no le afecta demasiado. "Me hice un escudo, estoy blindado te juro, no me duele lo que me digan, ya tengo la piel curtida. Me acostumbré, qué sé yo, no sé si está bueno, pero al menos yo no tengo tanto mambo".
Sobre la toma del colegio, Franco responde: "No sé qué están pidiendo, mis compañeros dicen que se sienten oprimidos... ¿oprimidos por quién? Yo no me siento así, y lo digo con respeto. Pero más allá de que tuvieran razón, no es la manera. Yo estoy en desacuerdo con apropiarse del colegio, está mal, no corresponde".
Piensa Franco en las otras víctimas de la toma, los más chiquitos. "Se están perjudicando cientos de chicos de primaria y nivel inicial que nada tienen que ver. Insisto, hay otras formas, como ir a reclamar al Ministerio de Educación, al Gobierno de la Ciudad, que son legítimos... Que no dan pelota, okey, insistir, volver, hasta que se hagan escuchar".
Respecto a lo que se viene, Franco no sabe bien qué sucederá. "Yo soy un alumno normal, que estoy ahí, más o menos, con algunas materias, y sé que cuando volvamos tenemos dos pruebas difíciles de matemática y de química. O sea, volver es ponerse a estudiar duro, pero quiero que se pueda volver a clases, que todos tengamos libertad para entrar al colegio".
Aclara que no tiene miedo de volver a clases y reencontrarse con sus compañeros. "Sólo espero que no haya más desunión ni grieta, que nos respetemos, si ya todos nos conocemos bien".
Hincha de Boca, dice que le interesa la política y cuenta sus preferencias: "Hoy escucho con cierto interés a Milei, me parece que no mete la pata en cuestiones básicas, aunque no me gustó nada esta posibilidad de que apoye la suspensión de las PASO. Espero que no lo haga".
PS
