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Murió Paco Rabanne: adiós a un revolucionario de la moda con sus diseños osados y futuristas

Tenía 88 años y un estilo único. Brigitte Bardot, Jane Birkin, Audrey Hepburn y Elizabeth Taylor fueron sus clientas. E hizo el vestido más caro de la historia, en oro y diamantes.

Fue un revolucionario, un vanguardista y un provocador, y su nombre ya tiene un lugar destacado en la historia de la moda. Como Yves Saint Laurent, Christian Dior, Karl Lagerfeld y Gianni Versace, Paco Rabanne irrumpió en el mundo de las pasarelas con sus vestidos metálicos y futuristas que hicieron que su nombre se globalizara cuando la globalización aún no existía.

Sus comienzos en la moda fueron los accesorios. Fabricaba botones artesanales y bordados sin hilo ni aguja que compraban las marcas del momento a comienzo de los años 60: Balenciaga, Nina Ricci, Pierre Cardin, Courrèges y Givenchy.

Pero Paco Rabanne estaba para más y lo sabía.

Su primera colección la presentó en 1966, en el prestigioso hotel parisino Georges V. Se llamaba Manifiesto y eran 12 vestidos hechos con placas y discos metálicos de acetato de celulosa que causaron sensación: eran casi imposibles de usar pero nadie podía dejar de verlos.

Desde entonces, su genio estuvo en la mira de las editoras de moda, los fotógrafos prestigiosos y las celebridades que morían por llevar sus icónicos diseños. Su lista de clientas fue la envidia de todo diseñador: Brigitte Bardot, Jane Birkin, Audrey Hepburn y Elizabeth Taylor se dieron el lujo de llevar un auténtico Rabanne por lo menos una vez en su vida.

Es que ninguna mujer en los años 60 y 70 podía estar ajena a su propuesta creativa que incluía desde tejidos de cuero con brillo, papeles y aluminio. Nunca nadie se había atrevido a tanto.

Paco Rabanne prueba el chocolate con el que confeccionó un vestido, en París. Foto Reuters
Paco Rabanne prueba el chocolate con el que confeccionó un vestido, en París. Foto Reuters

El español Paco Rabanne, que heredó la pasión por la moda de su madre que era costurera de Cristobal Balenciaga, hizo el vestido más caro de la historia, en oro y diamantes. Fue para la actriz Françoise Hardy: el modelo pesaba 9 kilos y tenía 1.000 placas de oro.

También creó el traje futurista que Jane Fonda lució en la película Barbarella. Sobre la pasarela, deslumbró con sus vestidos metálicos, cortísimos, muchos de los cuales dejaban la piel al descubierto. Coco Chanel, nada menos, lo bautizó como “el metalúrgico de la moda“.

Con el tiempo, Francisco Rabaneda y Cuervo (su verdadero nombre) fue experimentando con otros materiales y realizó diseños en nylon y nácar. Nada se igualó a sus diseños futuristas. Y nada volvió a ser lo mismo en su marca luego de su retiro de la alta costura en 1999.

Paco Rabanne, en el desfile de una de sus colecciones en Moscú.
Paco Rabanne, en el desfile de una de sus colecciones en Moscú.

Sus sucesores intentaron dejar vivo su estilo en las colecciones que fueron presentando, pero su nombre terminó relacionado al mundo de las fragancias que fabrica en grupo español Puig, más que a las alfombras rojas y las ediciones de moda en las revistas que tanto lo idolatraron y páginas le dieron cuando estuvo en la cima de su carrera.

La moda no era lo único que atravesaba la vida de Paco Rabanne. Desde siempre desarrolló una personalidad mística que lo llevó a hacer predicciones (fallidas pero predicciones al fin), escribir libros e incluso, causar algún escándalo. En las miles de entrevistas que le han realizado, ha dicho que era un extraterrestre, que conoció a Jesús, que mató a Tutankamón y que tenía casi 75.000 años. En el medio de todo esto, recibió grandes premios por su talento, creatividad y osadía únicas e inolvidables.

Murió en París, tenía 88 años.