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Nació en Santiago del Estero y llegó a EE.UU. con sus paletas heladas: ahora quiere lanzar su propio Naranju

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El santiagueño José Ignacio Jiménez pasó de manejar una franquicia de Subway a tener su propia fábrica de helados en tan solo tres meses. A diferencia de las marcas de paletas gourmet, él apostó por otro modelo de negocio. Dolcceletas se abrió camino en Buenos Aires y en 2022 llegó a los Estados Unidos con producción en el país norteamericano. Ahora, junto a su socio Agustín Clemente, proyectan alcanzar un volumen de 100.000 unidades mensuales con el lanzamiento de su marca económica.

Un viaje cambió todo lo que tenía planeado para ese año. En marzo de 2015, con 21 años, abrió la franquicia de sándwiches; en mayo se fue de vacaciones a Brasil, donde vio el negocio de las paletas en rellenas; y en junio armó una pequeña fábrica en el entrepiso de su local en el centro de Santiago del Estero. "Con mi socio de ese momento después cerramos la franquicia y abrimos una fábrica. Vendíamos en Tucumán, Catamarca y La Rioja también", cuenta Jiménez.

Desde agosto de 2022 Dolcceletas también se vende en EE.UU.

El próximo plan era llegar a Buenos Aires. Así conoció a Clemente, cuya familia tiene una fábrica y cadena de heladerías, que se ofreció a hacer la distribución en territorio porteño. "Con el tiempo nos dimos cuenta que CABA era el principal mercado que teníamos, entonces por una cuestión de costos y logística decidimos mudar la producción de Santiago del Estero a su planta en Buenos Aires para centralizar", detalla el emprendedor. Jiménez le compró su parte a su entonces socio y empezó un nuevo camino junto a Clemente.

Gourmet y masivo

Para esa época, Guapaletas también estaba dando sus primeros pasos en el segmento de paletas rellenas. Pero Dolcceletas no apostó por los locales propios, sino por los kioscos, estaciones de servicio y supermercados. "El local es difícil de aguantar los meses de invierno y creo que para este producto funciona más este modelo de venta mayorista porque los costos fijos son más bajos", indica.

Sin embargo, la competencia no fue sencilla. "Empezaron a venir las grandes marcas de helado de kiosco a decirle a los dueños que saquen nuestro producto o le sacaban los descuentos", recuerda Jiménez. Una vez fuera de los kioscos intentaron reinventarse colocando sus paletas en heladerías, pero las ventas no tenían el mismo volumen. Era el momento de buscar un plan B. "Siempre hablábamos de venir a los Estados Unidos y lo ves lejano desde allá. Casi imposible, pero no es tan difícil".

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Primero evaluaron otras opciones para la expansión internacional, como Uruguay y Uruguay, no obstante, la idea ya estaba en el mercado del norte. Jiménez y Clemente viajaron a Miami en abril de 2021 para investigar el territorio y analizar la factibilidad de abrirse ahí. "La primera impresión fue muy buena, pero sentimos que Miami estaba trillado. Nos empezaron a hablar de Tampa y en agosto de 2022 ya estábamos ahí con el producto en la calle", cuenta.

Experiencia Florida

En Tampa conocieron a un fabricante que les alquiló un sector de su fábrica y les vendió la maquinaria necesaria. A su vez, compraron 38 heladeras, a las que plotearon con su marca, para tener presencia en los puntos de venta. Esto les demandó una inversión inicial de u$s 320.000 para producir no solo sus paletas, sino también trufas heladas.

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Entraron en temporada baja, pero utilizaron ese tiempo para prepararse para la época caliente. Hoy Dolcceletas está presente en 38 puntos de venta entre Tampa y Orlando. Cada paleta se vende a u$s 3,80, mientras que en Argentina el mismo producto lo comercializan a u$s 1. "Los márgenes son más chicos y vimos que en los negocios quedábamos muy caro con respecto a otros productos. Por eso decidimos sacar una segunda marca para ganar volumen y acaparar más mercado", comenta Jiménez.

José Ignacio Jiménez comenzó elaborando paletas en 2015. Hoy planea conquistar Miami

En enero lanzaron Frutilicious, su marca de paletas sin relleno, que tienen un precio de u$s 1,50. "Con la nueva marca vamos a entrar en 260 puntos de venta más. Ya para enero que es época baja nos pidieron 24.000 unidades, así que calculamos en verano será el doble", indica. La idea de los emprendedores es alcanzar un volumen de producción de 100.000 paletas por mes entre ambas etiquetas.

Más helados a la vista

La etapa siguiente, señala, es llegar a Miami. Y al mismo tiempo quieren sumar más productos al portfolio de la empresa. "En marzo vamos a lanzar como unos Naranju que se van a llamar Cool Ice porque acá hay un mercado importantísimo de eso. También queremos hacer un sundae, pero estamos buscando copacker para tercerizarlo", detalla.

Si bien apuntan sus cañones al mercado estadounidense, la compañía todavía tiene presencia en Buenos Aires con 70 puntos de venta. "En los Estados Unidos ya superamos en ventas a la operación argentina por una cuestión de moneda. En volumen estamos muy cerca y con la nueva marca lo vamos a superar ampliamente".