Argentina
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"No buscan justicia buscan la proscripción"

El Grupo Puebla, respaldo a CFK y el Partido Judicial

Ernesto Samper, Rodríguez Zapatero, Rafael Correa, Evo Morales, Baltasar Garzón y Giselle Ricobom reunidos en la segunda jornada del III Foro Mundial de DDHH apuntaron contra la proscripción y alertaron sobre el regreso de la violencia política:  "Me impactó extraordinariamente que te quisieran matar, me afectó por la Argentina, por ti, y porque la violencia política volviera otra vez a este querido país", dijo Zapatero.

Distintos expresidentes de la región y de España, juristas del mundo, especialistas, referentes de los derechos humanos, intendentes, ministros y sindicalistas, entre otros, se reunieron en el Centro Cultural Kirchner para participar de la segunda jornada del tercer foro de Derechos Humanos, del que es sede la Argentina, y para repudiar en conjunto la persecución judicial que sufre la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. El título del seminario que organizó el Grupo de Puebla, en la que hablaron los expresidentes de Bolivia, Evo Morales; de Colombia, Ernesto Samper; de España, Rodríguez Zapatero; de Ecuador, Rafael Correa y los juristas Baltasar Garzón y Giselle Ricobom, y que cerró con un discurso de la vicepresidenta fue: "Desafío de las democracias frente a la utilización de la justicia como arma política". La mesa planteo la escalada de la injerencia de la Justicia en la Política, condensada en el caso de CFK. "No hay peor injusticia que una justicia mal impartida", dijo Garzón. "Se persigue la proscripción de una persona que ha dedicado su vida al servicio del pueblo y eso es evidente". CFK celebró no sólo cada voz sino el respaldo, una y otra vez llamado "una caricia" para el alma en momentos de tanta confrontación.

Los tres datos de Samper

El primero en hablar fue Samper. El expresidente colombiano recordó cuando conoció a Néstor Kirchner, del que dijo que no llegó a ser amigo, pero agradeció "haber tenido la suerte de ser amigo personal de CFK". Dijo que aprendió de ella tres cosas: en primer lugar, la importancia de la soberanía sobre las Islas Malvinas: "Hay dos enclaves en la región que no se nos pueden olvidar nunca: la base de Guantánamo y las Malvinas", añadió. Lo segundo, dijo, fue que "los buitres no sólo comen carroña sino también países", y en ese sentido recordó "el daño que ha hecho en la Argentina el FMI". En esa línea, reflexionó sobre "la necesidad que tenemos de hacer lo que Correa ha propuesto en otras ocasiones, que es construir una nueva arquitectura financiera regional autónoma". La sala mientras tanto aplaudía con ovación. La tercera y última cosa, subrayó, fue cuando CFK lo llevó a conocer a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y aprendió "la angustia que viven los desaparecidos de la dictadura y que no hay peor crimen que el de la desaparición forzada", retomando el flagelo en su propio país. 

"Gracias Cristina porque creo que son ese tipo de banderas que has defendido las que están interesados que no prosperen los que te están haciendo los juicios políticos", dijo emocionado. Por último, citó al jurista Baltasar Garzón, que en el panel anterior había bromeado al decir que debía ser el único que leyó las 1600 páginas de los argumentos del TOF 2 en el juicio Vialidad. Y agregó: "Tengo respeto de lo que dijo Garzón, que quizás es el único que se las ha leído, además de Zaffaroni, y dijo que no encontró prueba para acusarte. Tus amigos sabemos que sos inocente". 

En la primera fila estuvieron sentados, además del expresidente de Uruguay, Pepe Mujica y su compañera, Lucía Topolansky; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof enfocado una y otra vez por las cámaras, sentado al lado de Eduardo "Wado" de Pedro y Andres "El Cuervo" Larroque. También estuvo el exjuez de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni; el procurador del Tesoro, Carlos Zannini; el ministro y vice de justicia, Juan Martín Soria y Juan Martín Mena; el de Defensa, Jorge Taiana; el de Cultura, Tristán Bauer; y casi todo el gabinete del gobierno de la provincia de Buenos Aires. También sindicalistas de diversos espacios como la CTA y ATE, senadores, diputados y legisladores. La exministra Eli Gomez Alcorta a quien la mesa celebró por la participación en el libro que recoge la persecución política sobre CFK.

CFK y Perón

Eduardo Valdés estuvo a cargo de moderar la charla. Al arrancar recordó un momento que situó como para graficar de qué se hablaba: el día que acompañó a Cristina a Comodoro Py.  "No hay un argentino que haya sido citado a ocho indagatorias el mismo día en el mismo juzgado con el mismo fiscal", y recordó que la expresidenta tiene 654 denuncias que buscan "demonizarla". Detrás de CFK, aclaró Valdés, el argentino que más denuncias tuvo fue el expresidente, Juan Domingo Perón, con 123. "En el medio nos enteramos que el juez que la acusó, Ercolini, recibió dádivas del grupo mediático que visibilizaba cada una de estas denuncias y que los jueces que la juzgaron iban a jugar al fútbol a la casa del expresidente Macri, junto con el fiscal", recordó, al mapear el contexto de la charla en la que no dejó de mencionar que el Presidente del Tribunal que la condenó apareció en una audiencia con un mate en la boca que tenía impreso el nombre del equipo con el que jugaba en la casa de Macri. "CFK nunca faltó a una audiencia, siempre estuvo a derecho, no se profugó como si se profugó el armador jurídico Pepín Rodríguez Simón", finalizó. Luego le dio la palabra a Samper, y enseguida al expresidente de España.

El legado de derechos humanos y la judicialización de la política

Zapatero fue breve y sólido. Narró su amor por la Argentina. Y se detuvo para explicar cuánto le dolió enterarse del intento de magnicidio de la vicepresidenta en septiembre, a tan solo unos días de que él había visitado el país. "Me impactó extraordinariamente que te quisieran matar --dijo--. Me afectó por la Argentina, por ti, y porque la violencia política volviera otra vez a este querido país que tanto sufrió y luchó por una sociedad sin violencia", expresó ante la vicepresidenta que en ese momento le dio su mano. Luego, Zapatero habló de los grandes logros de la Argentina. Bromeó con el mundial para retomar que el legado que el país ha dado al mundo son las políticas de Memoria, Verdad y Justicia: "En estos 40 años de democracia han dejado un legado al mundo, el legado por los derechos humanos como ningún país ha procurado hacer. Memoria, restauración, justicia. Eso se hizo a fondo con Nestor Kirchner y con Cristina, yo era presidente de España y soy testigo". En esa línea lanzó: "Las Abuelas y las Madres son un patrimonio de la humanidad". 

Más tarde, Zapatero se dedicó de lleno a hablar del Poder Judicial. "Yo jamás en mi historia política, ni como líder de la oposición, ni como presidente del gobierno inicié ninguna acción judicial contra mis adversarios políticos porque sabía que les ganaba en las urnas". "No se puede judicializar la política porque acaba politizándose y haciendo un daño enorme al Estado de derecho y a la confianza en las instituciones", remarcó. Por último sostuvo que, como pasó en Brasil y como ha pasado en los distintos casos del Lawfare, se impondrá la verdad. "Tengo fama de optimista, pero será así".

"Nadie los ignora"

Correa, en tanto, prefirió no improvisar y se aferró a un discurso que escribió de siete páginas: porque, según dijo, la "admiración y cariño" que tiene por CFK lo haría perderse. Presentó a la vicepresidenta como una "alquimia entre San Martín y Eva Perón", algo que ella celebró cuando le tocó tomar la palabra. Correa indicó que desde el comienzo, junto a Néstor Kirchner, ella "se esforzó en construir Patria", frente a una "oligarquía sin Patria más que el dinero";  también defendió el valor de la Soberanía , y agregó: "Sabemos muy bien que este amor de Patria nos puede costar muy caro". Al igual que cada uno de los que lo antecedieron en la mesa lamentó el intento de magnicidio. Y como lo había hecho en una mesa previa, sostuvo que hoy los tribunales condicionan a las democracias como antes lo hicieron las dictaduras y enumeró la persecución judicial que sufrieron en cadena los líderes populares de la región: Lula, Evo, Cristina, Dilma y él mismo. "En ninguno de esos casos encontrarán pruebas más allá de que para las élites latinoamericanas pareciera que sus deseos bastan como pruebas fehacientes". Decidió finalizar deseándole fuerzas a CFK y dijo: "Como siempre digo, a los gigantes de la historia, una mayoría los ama con pasión, una minoría los odia con fanatismo, pero nadie los ignora".

La platea coreó y cantó en diálogo con los expresidentes y la mesa. Cada vez que pudo clamó por el Cristina Presidenta. Samper había dicho que le gustaría tener gente así en su equipo. Evo también volvió a decirlo cuando habló.

"Nuestro delito es defender a los humildes"

Con su tono calmo, con el "hermano" antepuesto ante cada nombre, Evo Morales agradeció a Garzón y a Zaffaroni por defenderlo cuando fue un exiliado político y también al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta "por salvarle la vida". La miró a los ojos y le dijo: "Nuestro delito es defender a la gente humilde. Cuando no nos derrotan políticamente intentan judicialmente y ese es el caso de la hermana Cristina. Desde Bolivia toda nuestra solidaridad". Evo, a quien Valdes, llamó Juan Evo Morales, recordando el nombre que le puso su padre, un obrero de la zafra en Jujuy, sostuvo que son todos parte de la "familia de la Patria Grande". "Es envidiable, yo quisiera este apoyo y este cariño de esta gente en Bolivia", ante los cánticos de los presentes que volvían a corear el "Cristina Presidenta". Y en el final retomó un diálogo viejo y un legado: "Una vez escuché a Néstor que nos decía: 'Cuiden a la Cristina'. Hoy nos toca cuidar a la hermana Cristina", cerró. El público ovacionó, y se levantó de sus asientos.

La proscripción es la finalidad de la justicia

Enseguida comenzó el momento de los juristas. "Hablar de CFK es hablar de un ejemplo de dedicación al pueblo y de su confrontación con los poderosos", dijo Baltasar Garzón. "Nunca se ha ido del lado de los humildes ni en los peores momentos, ni por más grande que fuera el enemigo. Tuvo una dedicación intensa por el pueblo argentino", remarcó. Más tarde, Garzón habló del plano estrictamente judicial. "Los procedimientos judiciales tienen que ser creíbles, comprensibles y nos tienen que convencer. Cuando hay que explicar mucho rato una resolución judicial es que algo está fallando", y añadió que las causas "tienen que basarse en pruebas reales, no en conjeturas o presunciones, ni en indicios sin una base sólida. En la sentencia Vialidad no existe esa prueba". Por último, sostuvo: "No hay peor injusticia que una justicia mal impartida". Y luego: "Se persigue con esta sentencia una finalidad política con vestimenta jurídica. Se persigue la proscripción de una persona que ha dedicado su vida al servicio del pueblo y eso es evidente", concluyó. Y exigió llegar al fondo de la investigación por el atentado.

La última que habló fue la brasilera Giselle Ricobom, coordinadora del libro que se presentó en el foro sobre la persecución jurídica a CFK y a la vez coordinadora de la defensa de Lula Da Silva. Ella hizo un paralelismo entre el hostigamiento judicial que sufrió el presidente de Brasil y el de Cristina. "No nos vamos a callar ante las violaciones que conforman un estado de excepción en la Argentina. Como juristas vamos a denunciar a esa justicia partidizada que no investiga a los autores intelectuales del intento de magnicidio de CFK y que tiene una saña persecutoria contra nuestra vicepresidenta". "Le di un libro a Lula y luego de eso se hizo Presidente, ahora, como una señal te entrego este a vos", concluyó.