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Polémica por una red de gimnasios que cierra los últimos espacios para entrenar al aire libre

Varios han sido los hábitos que quedaron vigentes de la pandemia. De los que más se hablan son del home office, las reuniones por zoom y las sesiones de terapia remotas. Otra de actividad sobreviviente es la actividad física al aire libre, que los gimnasios adoptaron cuando debieron cerrar sus puertas y amplia repercusión tuvo en sus socios.

Sin embargo, en los últimos días, desde las redes sociales pero también desde distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires, clientes de la cadena Megatlón reclamaron a viva voz por el inminente cierre de las clases outdoor. Con carteles, pancartas y cánticos, cuestionaron la decisión de la empresa. "Megatlon atrasa, el outdoor es el futuro". "Si no pagan luz, agua ni alquiler. ¿Por qué cierran?". "Entrenar al aire libre es salud".

Paula es socia desde 2005 y se enganchó con las clases funcionales en la Plaza Rubén Darío, adonde va martes y jueves, de 9 a 10. "Hace unos días nos enteramos por nuestro profesor Lucas González que a partir de abril dejarán de existir estos espacios, lo que realmente no tiene justificativo ni razón de ser. Se acercó para hablar el coordinar, Gustavo Romero, quien nos comunicó que es una decisión del directorio de Megatlon, aunque dijo que transmitirá nuestra desencanto".

La empresa aduce que las razones son "por falta de concurrencia, por el clima -la ida del verano- y porque todas las sedes están funcionando". Cuando el Covid resultaba todavía una amenaza, Megatlon contaba con varios espacios al aire libre, entre los que estaba el Rosedal, el Hipódromo, la Plaza Pizzurno, entre otros. Hoy sólo quedaron dos: la mencionada Rubén Darío y Parque Centenario.

En la misma tónica, Laura, otra concurrente a las clases outdoor hace saber: "Yo pagué unos cuantos meses por adelantado sabiendo que esos espacios iban a seguir siendo parte. Si Megatlon los levanta, yo me quedaré sin esas clases, con lo cual significa que están reduciendo los servicios que prestan".

Los socios que asisten a los espacios outdoor rechazan que Megatlon los levante.
Los socios que asisten a los espacios outdoor rechazan que Megatlon los levante.

"Por otra parte -continúa-, varias personas con las que compartimos los outdoor, que tienen que renovar el contrato en estos días, están decididos a no hacerlo si la empresa levanta estas clases. Megatlon tiene que entender que este tipo de espacios son un diferencial, un toque distinto a lo que son las clases de salón. No tiene precio estar en un parque, en contacto con la naturaleza".

Carlos, otro abonado indignado, echó a correr la noticia por las redes sociales, arrobando a Megatlon pero sin encontrar ninguna respuesta de la empresa, que al parecer tampoco ha respondido a los mails que los interesados han enviado. "Es una decisión empresarial", repite Linari, sobre el comentario extraoficial del gimnasio.

Si bien podrían seguir concurriendo a esos espacios públicos, para Paula, Laura y Carlos "no es lo mismo sin un profesor que guíe, controle e indique, y sin los materiales que nos proveen (colchonetas, mancuernas, pesas). "Es importante que te estén encima, si no nos vamos a hacer gimnasia con mis amigos y me sale gratis", coinciden.

Ellos niegan que las clases tengas poca asistencia. "En todo caso es la misma cantidad de gente que asiste a las de salón. Somos cumplidores, vamos dos veces por semana sin que nos importe la estación del año, y más de una vez nos sorprendió algún chubasco", grafica Carlos, que no duda: "Sentimos que nos están arrebatando las clases".

El grupo de socios que asiste por la mañana a la Plaza Rubén Darío -los que más ruido están haciendo- pide que Megatlon escuche su reclamo. "El mundo ha crecido a la hora de tener opciones de entrenamiento. Y aquí se está cerrando una de manera inconsulta, porque Megatlon no nos consultó, lo decidió unilateral e intempestivamente, y sin una explicación".

Paula escribió un mail a las autoridades del gimnasio en el que enfatiza que "se revea la decisión". Y en otra parte del texto, señala: "Soy socia desde 2005, quiero seguir formando parte de esta red, por eso les pido que escuchen a los socios. Nos resignamos cuando se redujeron los espacios outdoor y las clases pero no nos pidan que resignemos lo que quedó de la de la propuesta inicial".

"Muchos bancamos a Megatlón en la pandemia, renovamos y acompañamos aún sin entrenar. Nos llamaron 'socios fundadores'. Elegimos entrenar al aire libre y muchos han considerado esta propuesta al momento de renovar sus membresías".

Carlos siente que "Megatlón" se quedó con la idea de que el entrenamiento en los parques se terminaba cuando concluía la pandemia y no evaluó el potencial que esta actividad ofrece y dejó de promocionarla y nos envió una mínima cantidad de materiales, esperando que los que concurríamos dejáramos de hacerlo. Cosa que nunca ocurrió".

PS