Según la doctora, la paciente llegó al consultorio alegando sentirse mal, pero al ser informada que ella no tenía un turno programado, la médica le sugirió que se dirigiera a la emergencia.
La paciente respondió de manera agresiva, exigiendo ser atendida inmediatamente y acusando a la doctora de discriminación debido a que en la consulta anterior la había llamado «obesa«.
La médica explicó que «la obesidad no es una discriminación, es un factor de riesgo cardiovascular, está descrito en los libros».
Ante la negativa de la médica de atenderla, la paciente comenzó a gritar y a amenazar a la doctora, quien decidió salir del consultorio para evitar una situación de mayor tensión. La paciente la siguió y la golpeó en la cara. La médica gritó pidiendo ayuda, pero nadie la asistió en ese momento.
Finalmente, la médica logró alejarse y alertó al personal de seguridad del hospital. La paciente fue retenida por personal de seguridad hasta la llegada de la Policía.
La médica, visiblemente afectada por lo ocurrido, explicó que nunca antes había sido agredida en su lugar de trabajo y que la situación es «inadmisible«.
Además, denunció la falta de medidas de seguridad en el hospital y la necesidad de que se tomen medidas para proteger a los trabajadores de la salud. «Los pacientes no pueden llegar a agredir a los médicos, somos personas que estamos para ayudarlos«, afirmó la doctora.
