Se agregan combustibles y alquileres. El precio de la carne vacuna, que estuvo quieto el año pasado, presionará el índice con un punto adicional.
A pocos días de conocerse la inflación oficial de enero que las consultoras estiman con un aumento de entre 5,5 y 6%, el mes de febrero comienza con una inercia inflacionaria también muy importante. Según los analistas que aportan sus previsiones al Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, el alza promediará el 5,7% mensual.
De esta manera, la variable económica de los precios complica las previsiones del ministro de Economia Sergio Massa, quien pensaba reducir a menos de 4% la inflación hacia abril, alentado especialmente por el contexto de un año eleccionario.
Sin embargo, asi como enero empezó a escapar de esas previsiones, también en febrero la variable de los precios se ve impulsada más allá de lo deseado por las subas previstas en combustibles, prepagas y alquileres. Además, a las subas de estos bienes y servicios se suma la presión que volvieron a ejercer los alimentos, liderados por la carne vacuna. Según las mediciones de la consultora LCG, los alimentos ya vienen con una suba del 5,5% en las primeras cuatro semanas de enero.
En particular, el precio de la carne despertó del "letargo" en el que estuvo desde abril del año pasado y amenaza con impactar en los mostradores durante este mes. Se estima que, por cada 10% que aumenta el precio impacta en un 0,6% en el indice de Precios al Consumidor (IPC), utilizado para medir la inflación.
Esto es asi porque la carne, incide fuerte en el rubro "alimentos y bebidas" que pesa un 23% en el IPC. Con lo cual, tras el salto del 30% que registraron los animales en el mercado de Hacienda de Cañuelas, en los últimos días, los aumentos ya están llegando a las góndolas. Ayer, el kilo de asado en los supermercados osciló entre $1329 y $1985; las milanesas de nalga, entre $1680 y $1780. Y en las carnicerías barriales el vacío cotizaba entre $1680 y $2100 el kilo, según los barrios.
Entre las subas del mes, el mayor impacto, se espera en los costos de las tarifas de energía, tras la quita de subsidios. En cuanto a la luz, los usuarios residenciales comprendidos en los niveles 1 de ingresos altos y 3 de ingresos medios, van a percibir en sus facturas un incremento promedio de un 14% en el servicio.
Por su parte, las facturas de gas aún tienen incrementos tarifarios pendientes de definición. La suba es en concepto de “adecuaciones tarifarias transitorias” que solicitaron las empresas transportadoras (TGN y TGS) y distribuidoras de gas.
Para las prepagas, a partir de febrero. la suba será de un 4,91% para aquellos trabajadores que perciban hasta seis salarios mínimos. En el caso de los afiliados que superen el tope anunciado, se aplicarán incrementos mensuales que regirán de acuerdo al Índice de Costos de Salud, que según se estableció sería de un 8,21%
En cuanto a los alquileres, también van a tener un impacto mayor al de enero en los bolsillos de los inquilinos. Aquellos que renuevan los contratos de alquileres lo harán con una variación anual del 87%, según el ultimo dato actualizado del Indice de Contratos de Locación (ICL) que elabora el Banco Central..El ICL es un índice que contempla una mezcla, en partes iguales, de la evolución de la inflación y de los salarios.
En el caso del rubro de las telecomunicaciones, el Gobierno autorizó una suba escalonada del 14,5% en los servicios de telefonía fija y móvil, internet y televisión por cable y satelital. Está prevista para ser aplicada en cuatro cuotas durante el primer cuatrimestre del año.
Otro de los incrementos que se suman en febrero es el de las empleadas domésticas que cobrarán el tercer aumento pactado por la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares. Ese porcentaje será de un 5%, que se suma así al 8% de diciembre y al 7% recibido en enero. De esta manera, cuando en marzo se sume el 4% restante, se terminará de redondear el 24% pactado el último mes de 2022.
