Argentina
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Qué pasará con el dólar, las reservas y el FMI en el segundo semestre

El reporte, firmado por los economistas Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, puntualiza que el  incumplimiento de las metas comprometidas ante el FMI complican el otorgamiento de una dispensa por parte del organismo, justo en un momento tan crítico como junio: este mes hay vencimientos por U$S2.700 millones, pero en las reservas del Central habría DEG (la moneda del FMI) por U$S1.700 millones. Sin nuevos desembolsos del Fondo, si se transfieren los Derechos Especiales de Giro (DEG) disponibles quedaría un saldo a pagar de U$S1.000 millones. ¿Llegó la hora de usar las reservas de oro, que equivalen a U$S3.900 millones?”, plantean los expertos.

Del lado de Washington, se percibe que no existe el propósito de “desconectar” a la Argentina, pese a los incumplimientos. Al mismo tiempo, no parece haber condiciones para que el FMI aumente su exposición crediticia con el país. En ese delicado equilibrio deberían transitarse los próximos meses, dice el reporte.

Qué pasará con el dólar, las reservas y el FMI en el segundo semestre

La renovación del swap con China responde a la necesidad de financiar importaciones originadas en el país asiático, teniendo en cuenta que en los últimos 12 meses la Argentina acumuló un saldo negativo de U$S 8.000 millones en el comercio bilateral.

El Merval, a su vez, subió en los tres últimos meses un 46% en dólares. Es un vehículo de los inversores ante subas pendientes para la inflación y el dólar. También refleja la percepción de un sector privado mucho mejor preparado para enfrentar los desafíos. Después de todo, las empresas líderes disfrutan de un crédito externo e interno del que carece el Estado, según los economistas. En cambio, el riesgo público sigue siendo una variable difícil de calibrar. “Es probable que hasta que se conozcan los resultados de las PASO esta incertidumbre persista. El tema es si la votación de agosto alcanza para despejar interrogantes, o si la falta de parámetros se prolonga hasta octubre o noviembre”, expone el diagnóstico del Ieral. La caída de las reservas se explica por el flujo negativo con Organismos Internacionales que durante mayo alcanzó a U$S1.000 millones (incluyendo un pago de intereses al FMI por U$S750 millones) y una salida por poco más de U$S1.500 millones en el rubro Otros, que comprende diferentes operaciones dentro de los cuales una toma especial relevancia en los últimos tiempos: las operaciones del BCRA con títulos públicos concertadas en moneda extranjera, para luego ser ofrecidas al mercado como forma de contener la brecha cambiaria.

Las idas y venidas de medidas oficiales que, en esencia, buscan financiar los desequilibrios, pero no corregirlos, al no despejar la incertidumbre, hacen que el “riesgo país” se mantenga hace un año en un andarivel en torno a los 2.400 puntos. “Este indicador parece reflejar que el grueso de la incertidumbre se concentra en los riesgos asociados a la deuda pública, sea en cabeza del Tesoro o en el Banco Central, en una transición electoral que no arroja suficiente información acerca de cómo se habrán de desatar esos “nudos gordianos””, indican los economistas de la Fundación Mediterránea.

A pesar que el Dólar Soja III culminó con compras netas del orden de los U$S1.440 millones, el BCRA acumula una pérdida de reservas por U$S2.067 millones, por lejos el peor escenario al comparar con los años previos.  

En valores constantes, el dólar libre medido a través del CCL, con un último dato de $493, se ubica un 20% por debajo de los picos de crisis atravesados por la actual gestión, caso de las turbulencias de junio y julio del año pasado. Pese a esa relativa estabilidad, la relación de pasivos en pesos y activos en dólares del Central no hace más que deteriorarse. El ratio de Pasivos Remunerados/Reservas, que hizo un piso de 0,5 en marzo de 2020, se acerca a una relación de 2 a 1 en los últimos datos. El exceso de pesos que no es esterilizado de modo genuino define la presión alcista sobre las cotizaciones libres del dólar, más allá de los transitorios períodos de calma, finaliza el reporte privado.