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Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «La fuente de la buena cosecha»

Recuerden esto: «El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría» (2° Corintios 9:6-7 NVI).

Las semillas tienen escondidas lecciones poderosas para describir lo que es la vida misma. La vida es un constante sembrar y cosechar, y eso nos pone en perspectiva para que forjemos nuestro futuro en medio de una sociedad que también nos influencia.

Pero la Biblia nos libra de toda confusión, de echarle la culpa a los demás de nuestro estancamiento y falta de avance y nos da recursos para sembrar correctamente, de manera que nuestras cosechas sean buenas en todo sentido.

Desde el comienzo, la Biblia nos habla que las acciones y palabras son como semillas que se siembran y desatan movimientos en el mundo espiritual que pueden ser positivos y negativos, de acuerdo a la semilla que se siembra. Por esto, deberíamos ver qué espíritu moviliza las acciones y las palabras, pues así mismo será la cosecha. La acción de fe siempre va a traer una obra sobrenatural de Dios.

Esta acción de fe se vio desde el principio, se observa entre los hijos de Adán y Eva: uno que trajo de lo mejor de su ganado y otro, como Caín, quien trajo una ofrenda a secas, y destaca la actitud de Abel y no destaca la ofrenda de Caín. Esto desata la ira de Caín contra su hermano. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda… (Génesis 4:3-5 RVR). La ley de la siembra y la cosecha desatará siempre milagros de parte de Dios, así que debe hacerse con fe y alegría. Es por esto que debemos tener principios fundamentales para sembrar una semilla en el Reino de Dios para que sea efectiva la siembra y de cosecha. Los dos sembraron pero lo hicieron con un corazón distinto y tuvieron resultados diferentes.

El Pastor Guillermo Decena dijo al respecto, «hay principios que corren a través de la Biblia en el trato de Dios con su pueblo. Ellos son reunidos y clarificados con Jesús en su vida y enseñanza. También los escritores del Nuevo Testamento abundan claramente en ellos, muchos en diversas situaciones están aplicando estos principios a sus necesidades y están obteniendo la intervención sobrenatural de Dios».

– Dios es tu fuente.

Para sembrar y levantar una tremenda cosecha, vas a tener que afirmar este poderoso concepto en tu corazón. El caso del profeta Daniel: «Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido» (Daniel 10:11-12 RVR).

Cuando Daniel se alineó a los pensamientos de Dios para buscarle, quiso entenderlo. “Entender” es una palabra del hebreo “Bin”: que significa separar mentalmente.

En otras palabras, es separar tiempo y esfuerzo mental para enfocarse en Dios. Esta es la siembra que Daniel hizo y todo creyente tiene que hacer. Hacer Su voluntad fue una siembra en espíritu, que comenzó a movilizar el mundo invisible del Reino de Dios, y el recurso de Dios llegó al ángel. También es bueno destacar la importancia de las palabras como semillas en el mundo espiritual. Por eso, los que quieran ser espirituales no pueden minimizar la importancia de lo que decimos, pues estamos delante de Dios.

Además destaquemos que el ángel no era la fuente, sino el Padre Celestial que lo envía al profeta.

Recordemos por esto cuando Tomás, dijo: «Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré» (Juan 20:25-27 RVR).

Tanto el recurso de ayuda como de exhortación vino del cielo. Sus hijos deben saber afirmar su fe en su corazón, la fuente de nuestra ayuda y nuestra dirección está en Dios el Creador.

El caso de Cornelio: Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio (Hechos 10:3-5 RVR). Sus oraciones y sus actos de generosidad habían sido una semilla que dio sus frutos y no fueron en vano, estaban registradas en la presencia de Dios, y por esas acciones y palabras había venido el ángel de Dios dándole instrucciones que resultaron en la salvación de toda la familia.

Una breve aclaración de la oración como semilla: esa es una palabra griega: proseujé. Oración (adoración). Se ve que apartaba tiempo para adorar a Dios, y oración, orar fervientemente. Habla también de una actitud de compasión, actuando con justicia hacia el prójimo.

Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación (Santiago 1:17 RVR).

Mi Dios suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19 RVR). Viviendo en una sociedad y comunidad de negocios dirigido por el hombre, es fácil tener la idea de que el hombre es tu fuente de provisión.

Es aquí donde se pierde una verdad esencial de la Santa Palabra de Dios, a menudo usa al hombre como medio, pero Dios mismo es la Fuente, todas las otras fuentes son solo los instrumentos. Al buscar que tus necesidades sean suplidas recuerda: no se trata de saber cuál es tu fuente, sino quien es tu fuente.

– La diferencia entre fuente e instrumento. 

Un granjero cultivaba árboles frutales y la gente de alrededores venían a comprar sus frutos. Cuando pasaron muchos años, lo visitaron de nuevo, pero había desaparecido la mayoría de los hermosos árboles frutales.

Solo uno o dos habían quedado. ― ¿Qué ha pasado? Él dijo: Mientras los frutos venían cada otoño, yo estaba tan contento como para olvidar los árboles, ellos producían fruto y yo pensé que mi provisión eran los frutos. Un año la cosecha no fue muy buena; el próximo año fue menos, fue allí cuando deje de pensar en los frutos y comencé a darme cuenta que mi fuente eran los árboles. Antes les prestaba poca atención; entonces desperté a la realidad: los frutos eran frutos de un árbol. La provisión era el árbol, si yo cuido el árbol los frutos crecerán. A causa del poco conocimiento y del cuidado casual de los árboles solo me quedan estos pocos y difícilmente se puede conseguir algún fruto de ellos. Finalmente dijo: ―pero estoy comenzando una granja nueva: he ido a los expertos en agricultura, he aprendido como tener cuidado del árbol primero. Esta vez cuidaré de mi fuente.

Muchas veces vemos los frutos: capacidades, dones, talentos, inteligencia, recursos etc. como fuente, en lugar de mirar a Dios, quien los ha dado.

– Por qué limitar a Dios. 

Mientras los que no creen en Dios se alegran por unas pequeñas pepitas de oro, nosotros somos hijos del dueño de la mina de oro. Esta simple creencia, esta convicción nos hace superiores.

Las personas del mundo están atemorizadas y atadas a los seres humanos, muchas veces no viven de acuerdo a sus convicciones sino de acuerdo a los seres humanos que aparentemente, a ellos les parece que son la fuente de sus ingresos, llámese políticos, empresarios etc.

Cuando pensamos que nuestro amigo, o nuestro patrón o empleo, es la Fuente de nuestra provisión, estamos tratando con medios y no con la fuente real.

«Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios» (Apocalipsis 22:8-9).

Todos los líderes son levantados por Dios, instrumentos en sus manos, hay que respetarlos y darles honra como nos enseña la biblia, pero la fuente es el Padre de la luz. Jesús dijo: «―Para los hombres es imposible, mas para Dios no; porque todas las cosas son posibles para Dios…» (Marcos 10:29).

Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Nacidos para el avivamiento»https://t.co/1dzY1lFvJR

— misionesonline.net (@misionesonline) September 18, 2022

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado