Rock y dictadura, en la voz de mujeres

Comprometidas con su época, artistas mujeres de la cultura rock como Diana Nylon, Marilina Ross, Rosana Goudard, Mónica Posse, Malena D´Alessio y Alika, o Mercedes Sosa, que en su regreso del exilio se acerca al repertorio del rock, levantaron sus voces en un grito que supo estallar ante tanta muerte y tanto dolor, en la sonoridad del heavy metal, del rap, del pop, o de la balada, y una misma finalidad: "NUNCA MÁS".

Se va a acabar

Diana López nació en Mar del Plata en 1956, y allí vivió los primeros años de su vida. La mayor de dos hermanos y una hermana, y nieta de un abuelo poeta llamado Federico Fantini, quizás comenzó a forjar su espíritu libre y contestatario mientras cursaba sus estudios en el Santa Cecilia, un colegio católico, y muy conservador.

Su padre era empleado del Casino, hasta que perdió el trabajo y a cambio le ofrecieron dar cursos como croupier por las provincias. La familia se terminó radicando en Formosa, en donde Diana tuvo una breve estadía, hasta que decidió venirse a Buenos Aires. No había cumplido los 18 años cuando ya estaba en un barco, con destino final a Amsterdam.

Durante dos años recorrió Europa, y al regresar a Buenos Aires, Diana López se convirtió en Diana Nylon, una artista fundamental de nuestra historia del rock. Pionera en el punk argentino, también una de las primeras artistas en grabar reggae en nuestro país, y precursora de la new wave, esa novedad que trajo con ella de su viaje por Europa

Con su banda Nylon, formada junto al bajista y compositor Rick Mor, grabaron el disco "El Ciudadano", lanzado en los meses previos a la llegada de la democracia de 1983.

“Por momentos es fuerte y denuncia los abusos que se cometieron en la Argentina en los últimos tiempos, pero por otro queremos darle optimismo a la gente y también un poco de alegría”, describía por aquel año Rick Mor (compositor junto a Diana de casi todos los temas del álbum) en una entrevista con la revista Pelo.

El escritor y periodista Gustavo Álvarez Nuñez, en su  libro “Éramos tan modernos”, destaca: “Si hay que subrayarlo, lo subrayamos: El ciudadano encarna el eslabón perdido entre consignas antimilitares y antirepresivas con una música sin represión, y en sintonía con estilos musicales foráneos –con lo anticuado que suena hoy en día el término– y no tan en boga en la Argentina post represión. Nylon sonaba tan fresco que su frescura tal vez lucía desubicada o insolente para los oídos convencionales de aquellos días".

Desde su título “El ciudadano”, un sustantivo que alude a derechos, y en este contexto, a derechos vulnerados, pasando por varias de las letras de las canciones escritas por Diana, el disco interpelaba a la coyuntura política: la dictadura cívico militar y la proximidad de las elecciones democráticas. Así, en el tema  que llevaba el irónico título de “Gracias General”, Diana cantaba:

"Lindo nene, chica mona,

¿sabes el futuro de la nación?
Por favor, mi General,
¡Háganos votar! 
(…)
Ya no hay nada en las Malvinas
Ni misiles, ni un cañón
Ya no hay nada en Argentina
Sólo zombis y robots.
Ya no hay nada en las revistas
Nada en televisión
Ya te comieron el coco entre el fiscal y el censor…"

En el tema “Se va a acabar”, Diana retoma esta frase como fragmentación textual de aquel cántico que resonaba en todo el país: “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”. Ella lo convierte en reggae, el género musical con el que otras opresiones habían sido cantadas en Jamaica, o en Inglaterra, y que en la versión de Diana repetía:

"Se va acabar

Se va acabar
Algún día este maldito infierno
Una vez mas
Una vez mas
Vos y yo estaremos juntos en el cielo…"

Solo las Madres volvieron

La tapa de “El ciudadano” mostraba una imagen enormemente significativa para la época (y para siempre): un hombre contra la pared, su cuerpo envuelto en ataduras, amordazado, desnudo, sus ojos vendados; y una calcomanía adherida con la leyenda “Antes del 30 de octubre”.

En este mismo año, un disco de otra artista (si bien con una estética y un audio totalmente diferente al de Diana Nylon) abordaba el drama de la dictadura y los desaparecidos, y también en su tapa las ataduras sujetando a una persona eran la imagen central.

Se trata del disco “A mis queridos seres”, de Marilina Ross, cuya canción "Plaza Blanca" sintetizaba con abrumadora belleza discursiva, lo más triste del pasado reciente, tan reciente, que aún no era ni siquiera pasado.   

"Recuerdo cuando en la plaza

Vi a los hijos con las madres
Que cantaban y saltaban
Y jugaban a ser grandes
Que jugaban a ser grandes
Los hijos junto a las madres

Pero llegó la tormenta

Cuando terminó el verano
La plaza quedó desierta
Ni las palomas quedaron…

Solo las madres volvieron

Madres que siguen buscando
A los hijos que dejaron
En esa plaza jugando,
Jugando a que ya eran libres
Jugando, solo jugando…"

Aman este lugar, tan lejos de casa…

Mientras Diana Nylon cantaba “Gracias, mi General”, o “Se va a caer”, y Marilina, “Plaza Blanca”, hay otra canción también referida a un trágico acontecimiento de nuestra historia, la guerra de Malvinas, que se convertía en una de las canciones más escuchadas del año: una voz de mujer, con una interpretación desgarradora, se preguntaba: "Pero madre, ¿qué está pasando acá?  son igual a mí, y aman este lugar, tan lejos de casa, que ni el nombre recuerdo. ¿Por qué estoy matando? ¿Por qué estoy luchando?"

Es la voz de Mónica Posse.

Mónica había lanzado su disco debut, “Tiempo de cambios”, en enero de 1983, con canciones de autoría de Piero, de Raúl Porcheto, de Alejandro Lerner, y otros. Entre ellas, “Reina Madre”, una canción que compuso Porcheto, y se la dio a Mónica para que la grabara, cuando aún era inédita.

“Tiempo de cambios” fue Disco de Oro gracias al enorme éxito de esta canción, interpretada de forma magistral por Mónica, cuya letra semejaba una carta de un soldado inglés a su madre, donde se evidenciaba, desde esa perspectiva, el dramático despropósito de la guerra de Malvinas.

El éxito de este tema se repetirá con la voz de su autor, Raúl Porcheto, que la graba unos meses después, en un disco que lleva de título el nombre de la canción que Mónica había convertido en un verdadero suceso. 

Que no nos pase nunca más

En aquel año de la guerra de Malvinas, la voz de Rosana Goudard, cantante de la banda de heavy metal Super Ratón, se escuchaba cantar, en clubes de barrio y lugares como Bar 900, Jazz&Pop, el Salón Cervecero, el Cine Teatro Rialto, o en el Teatro Margarita Xirgu:

"Ciegos a su lado no miraron,

cuando al vecino mataron
Porque mansos aceptaron
Ser ovejas de un rebaño
Y gritar como tarados para un mundial..
(…)
Gritemos juntos para recordar
Que no nos pase Nunca más
Golpe de Estado, Golpe de Estado, Golpe de Estado, no, no, no…"

Mama la libertad

Cuando en 1982 Mercedes Sosa volvió a los escenarios argentinos luego de su exilio, nuestra máxima representante del folklore, se acerca por primera vez al rock.

En sus shows del Teatro Opera de la calle Corrientes invita a compartir el escenario a artistas del ámbito del rock, tales como Charly García, Leon Gieco y Piero e incluye en su repertorio canciones de ellos, y vuelve a hacerlo unos meses más tarde en su presentación en el estadio de Ferro. Allí canta junto a Charly, ese himno a la libertad que es “Inconciente Colectivo”.

Juicio y Castigo

En los años 90 todavía estaban vigentes las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y además los genocidas estaban sueltos porque el gobierno de Menem, a poco de asumir, los había indultado. En octubre de 1989 el Presidente firmó los primeros decretos por los que les otorgaba el perdón a más de 200 militares, entre ellos, los integrantes de la junta militar que condujo al país a la Guerra de Malvinas y que estaban condenados por el rol que habían cumplido.

En diciembre de 1990, vendrían nuevos decretos para indultar a jerarcas militares que integraron las juntas y que habían sido condenados por violaciones a los derechos humanos en el histórico juicio de 1985. Videla, Massera, Agosti, y todos los demás, podían caminar por la calle. 

Durante los años del gobierno menemista, los organismos de Derechos Humanos no detuvieron nunca sus reclamos de juicio y castigo a los culpables. Desde la escena del rock, el grupo Actitud Maria Marta -de Malena D´Alessio y Alicia Dal Monte Campuzano, alias Alika- fue una de las bandas que participó en esa lucha, con activismo, y con canciones.

En su primer longplay: “Acorralar a la Bestia” (1996), canciones como “Hijo de Desaparecido”, un extenso manifiesto sobre la hipocresía de quienes callaron ante los crímenes perpetrados por la última dictadura, o la canción “Mi amigo el tiburón (El zumbido del infierno)” donde se usaron grabaciones de testimonios de víctimas  y de represores, mantenían viva la memoria y construían conciencia para las nuevas generaciones.

En el libro interno del álbum, podía leerse: “Este disco está dedicado a nuestros 30.000 desaparecidos y a los de toda Latinoamérica por el amor y la dignidad de sus vidas y por el compromiso que significa su recuerdo”; dedicatorias a José Luis D’Alessio (el padre de Malena, secuestrado y desaparecido por el ejército) y Sofía Yussen (la madre de José, que tuvo un largo camino de activismo como Madre de Plaza de Mayo) y agradecimientos a Madres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S y CORREPI.

También en 1996 participaron del “Encuentro de rock para contar y repudiar al golpe de Estado y la dictadura militar”, organizado por Madres de Plaza de Mayo para el vigésimo aniversario del último golpe de estado. Fue parte de una serie de actividades realizadas en la porteña Plaza de Mayo entre el jueves 21 de marzo y las 00.00 horas del domingo 24.

El ministro de interior Carlos Corach intentó que el concierto no se llevara a cabo, con una presentación a la justicia en la que se marcaba que las Madres no habían pedido a la Policía Federal la protección del evento. El juez nacional en lo Criminal de Instrucción, Mariano Bergés, rechazó el pedido del gobierno y el festival se efectuó con la participación de Actitud María Marta, Fito Paéz, Todos Tus Muertos y Los Fabulosos Cadillacs, entre varios nombres más.

Un año más tarde participaron del Festival de rock "20 años de Lucha”: se presentaron en la jornada del 11 octubre de 1997, desarrollada en el estadio porteño Ferrocarril Oeste, un festival del que también fueron parte Divididos, La Renga, Las Pelotas, Bersuit Vergarabat, A.N.I.M.A.L., León Gieco, Ataque 77, Los Piojos, Los Caballeros de la Quema, Malón y Rata Blanca.

Un discurso brindado por Hebe de Bonafini se convirtió en un símbolo de la unión entre las Madres y el rock, en un abrazo multitudinario e intergeneracional.

Interdisc editó un CD recopilatorio de las grabaciones en vivo titulado “¡Ni Un Paso Atrás!”; y el 24 de marzo de 1999 fue reeditado por el periódico Página/12. Con lo recaudado por el festival y la venta del disco, las Madres adquirieron una vivienda contigua a la vieja Casa de las Madres, que luego fue la primera sede de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo.

(Carolina Santos y Silvia Arcidiacono son coautoras junto a Gabriela Cei del libro "AL TACO. Historia del rock argentino hecho por mujeres (1955-1999)" de pronta edición por El Gourmet Musical)