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Se dejan de recaudar US$ 2.400 millones por no actualizar el impuesto a los combustibles

El Gobierno posterga un mecanismo de actualizaciones trimestrales para evitar el impacto en el bolsillo. Pero pierde recaudación.

Para evitar presiones inflacionarias, el Gobierno viene postergando aumentos de impuestos en el despacho de combustibles. Hay dos tributos -impuesto al combustible líquido y al Carbono- que debería actualizarse cada tres meses, al ritmo de la inflación. Pero no se está haciendo. Según la consultora Economía & Energía -encabezada por Nicolás Arceo- se resignaron US$ 1.800 millones de recaudación por ese concepto durante 2022. Y se dejarán de juntar otros US$ 585 millones entre enero y marzo. En total, US$ 2.385 millones.

Con un decreto del 30 de diciembre, el Gobierno postergó las actualizaciones a los impuestos a los combustibles correspondientes al tercer y cuarto trimestre de 2021, más todo el 2022. Se supone que esas subas se aplicarán a partir del 1 de abril de 2023, según la letra oficial. En caso que tenga que actualizar, la inflación acumulada es del 140%.

“Con el objetivo de evitar mayor presión al precio de los combustibles en el surtidor, se han aplazado sucesivamente las actualizaciones”, detalla Arceo en un informe. El economista fue vicepresidente de Administración y Finanzas de YPF. Entre 2020 y 2021, la falta de actualización también provocó que no se recauden US$ 720 millones por los impuestos.

“La postergación de los incrementos de los montos del ICL y CO2 determinó una significativa pérdida de recaudación fiscal a lo largo de los últimos años”, explica Arceo en un informe. “Si durante el corriente año se volvieran a postergar los incrementos, la ampliación de la brecha entre el valor teórico del impuesto y el efectivamente aplicado determinará una pérdida de recaudación aún superior que la verificada en 2022”, advierte.

En enero de 2021, los impuestos a los combustibles y carbono alcanzaban los $ 15,3 por litro de gasoil y $ 11,3 en el gasoil. Dos años después, esos tributos muerden $ 21,8 en cada litro de nafta y $ 13,8 en el gasoil. En términos de pesos reales y constantes -es decir, contando la inflación acumulada en el período- los impuestos son -ahora- de $ 7,3 en naftas y $ 5,3 en gasoil.

“Para la proyección de valores de impuestos entre enero y marzo de 2023, en pesos constantes, se considera la proyección del IPC según los relevamientos de Expectativas de Mercado del Banco Central”, específica Arceo. Los precios de los combustibles en surtidor de enero a marzo se estimaron en base al acuerdo sellado entre la industria y la Secretaría de Energía. Ya hubo un aumento del 4% en diciembre y otro 4% en enero. Falta otro 4% para febrero y 3,8% en marzo. La nafta súper se despachaba en torno a los $ 163, el gasoil a $ 183, la nafta "premium" a $ 200, y el gasoil de mayor calidad a $ 283. Depende de la bandera y la localidad.

Los combustibles tienen un peso del 4,2% en el Indice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo, su incremento también arrastra a mayores costos logísticos para las empresas, ya que tienen que pagar más caro por el transporte de sus mercaderías. En ese sentido, el impacto indirecto es mayor.

El retraso tributario es algo más reciente. “A comienzos de 2021 los montos del impuesto se habían alineado con lo dispuesto por la normativa. Sin embargo, a partir del segundo trimestre del año se fue postergando su aplicación”, describe Arceo.

Hace dos años, los impuestos representaban un 20% del precio de la nafta súper. Ahora, son el 12%. También tomando ese período, el peso de los tributos pasó de 17% a 10% en la nafta premium. En las variedades de gasoil, la carga impositiva era de entre 13% y 16%, y ahora va del 6% al 7%.

“Para estimar la pérdida de recaudación se consideran los montos del Impuesto a los Combustibles Líquidos (IC) y al Carbono (CO2) publicados por AFIP para cada mes, a los que se les descuenta el corte teórico con biocombustibles (no gravados), las ventas de naftas en el sur del país (zona exenta) y las ventas de gasoil en el sur del país (con monto diferenciado del ICL), multiplicados por el volumen total de ventas de naftas y gasoil (excluyendo usinas, petroquímica y bunker internacional)”, puntualiza Arceo sobre la metodología de sus cálculos.

“Sin embargo, se debe aclarar que los montos de recaudación teóricos no coinciden con los montos de recaudación de impuestos a los combustibles declarado por AFIP”, desglosa E&E en este trabajo de elaboración propia, en base a AFIP y Secretaría de Energía.