Argentina
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Si cada vez hay más mujeres en las universidades: ¿Por qué estudian cada vez menos carreras de tecnología?

En Argentina, solo el 30% de quienes trabajan en tecnología son mujeres. Y si bien la inserción en el mercado laboral no depende únicamente de haberse graduado de una carrera afín, para lograr igualdad de oportunidades profesionales en esta área, un primer paso para que haya más mujeres en tecnología es que elijan estudios en estas áreas.

Aquí es donde aparece un dato sorprendente: de cada 100 mujeres que se inscriben en programación, se gradúan 19. Y de cada 100 hombres, se gradúan 16. Entonces, si en proporción el promedio de egresos femeninos es mayor al masculino, ¿por qué hay tan pocas mujeres en tecnología? La deducción es simple: no se trata de que “les cuesta más recibirse”, sino que eligen menos estas carreras. 

Estos datos surgen de la investigación "Una carrera desigual: la brecha de género en el sistema universitario de Argentina", elaborada por Chicas en Tecnología (CET), una organización sin fines de lucro cuyo propósito es reducir la brecha de género en tecnología en América Latina, con apoyo de NCR Foundation. De ahí también se desprende que, desafortunadamente, en el período analizado, aumentó la brecha de género en lo que respecta a estudiar programación. 

ANTECEDENTE HISTÓRICO

A nivel nacional, cuando se lanzó la carrera de Ciencias de la Computación en la década del 60, la participación femenina era mayoritaria: representaban al 67% de los estudiantes. En los años 70, este promedio incluso escaló hasta el 75%. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue disminuyendo y hoy apenas ocupan el 17% de estas áreas. 

¿Qué sucedió? Paulatinamente, el sistema las fue excluyendo y los espacios fueron ocupados por un subconjunto muy particular de personas. En líneas generales, se trata de hombres blancos, de mediana edad, de ciertos contextos socioculturales y con ciertas características. Así, se fueron generando sesgos inconscientes en los procesos de creación de los equipos de trabajo que hoy en día siguen perpetuando la segregación.

POR QUÉ ES IMPORTANTE

Que las mujeres queden relegadas no es un dato menor. “Que la tecnología que impacta en la vida de toda la población esté creada por un grupo de la sociedad implica que representa solamente a una parte de la misma. Esto hace que lo que se diseña, desarrolla y efectivamente termina usando la gente no sea inclusivo, justo o equitativo. Hay muchas características sin ser tenidas en cuenta, problemáticas sin resolver porque ni siquiera están en el radar de soluciones a considerar, porque se piensa desde un grupo reducido”, advirtió Paula Coto, directora ejecutiva de Chicas en Tecnología.

Asimismo, CET hace hincapié en cómo repercute a gran escala en múltiples dimensiones. Por ejemplo, los empleos del ámbito tecnológico suelen ser mejor remunerados y con mayores ventajas competitivas que otras áreas de la economía. Según establece CET (2022), en el sector de la tecnología, en promedio, los sueldos son un 60% mayores que en el resto de los sectores. Además, las oportunidades de crecimiento son muy buenas y están en completa expansión. En el país, según el Ministerio de Producción y Trabajo (2020), software y servicios del conocimiento están creciendo un 30% más que el resto de las áreas.

Que las mujeres no participen, directamente las excluye del futuro del trabajo. “Sumarlas ayudaría también a cubrir puestos aportando todo lo que la diversidad suma: trabajar mejor, generar soluciones más ajustadas a las necesidades y generar innovación. Generar diversidad genera innovación”, reafirmó Carla Arias, Líder de Formación y Desarrollo de Chicas en Tecnología. 

CÓMO INVOLUCRAMOS A LAS MUJERES

Para Paula Coto, hay tres caminos a seguir: capacitar a las/os educadores, actualizar las currículas y crear puentes. “Es muy importante trabajar con los/as docentes para erradicar los estereotipos que existen: que las mujeres no son buenas en matemáticas, que sus áreas de preferencia son las humanísticas y demás. Y también mostrar referentes que puedan inspirar en esos recorridos, para que las jóvenes vean que hubo otras y que habrá nuevas”, explicó la profesional.

Además, aclaró que la escuela tiene un lugar clave para que la participación femenina en estas áreas sea bien recibida. “Una investigación de UNESCO muestra que el 89% de las niñas de 10 años reconoce no ser buena en matemática. Las expectativas docentes sobre el desempeño en estas áreas para niños y niñas en muchos casos refuerzan los estereotipos que alejan a las jóvenes a interesarse por las disciplinas STEM. Entonces, trabajar con ellos desde una perspectiva de género es fundamental”, detalló Coto

A su vez, instó a actualizar los materiales de estudio. Según mencionó, hay contenidos en ciencia y tecnología que vienen creciendo a pasos agigantados, pero que todavía no se terminan de incorporar a la currícula oficial. Esto influye en que esas jóvenes no tomen decisiones sobre estas carreras, por no entender muy bien de qué se trata el campo de acción. 

Por último, habló de la necesidad de generar puentes entre la escolaridad obligatoria y el mercado laboral “con instancias de orientación vocacional que amplíen el conocimiento de las jóvenes sobre las áreas de inserción en STEM y la vinculación con mujeres líderes en la temática, para que las niñas puedan tomar como referentes posibilitando nuevos horizontes en sus desarrollos en un momento crítico de su vida en el que deciden sobre sus vocaciones.”

Entendiendo la importancia de esta problemática, y en el marco del estreno de PANTERA NEGRA: WAKANDA POR SIEMPRE, Chicas En Tecnología lanzó Potencia tu Futuro con el apoyo de Disney, un programa de becas en programación Full-Stack. Podrán postularse jóvenes que se identifiquen con el género femenino de 16 a 21 años y que vivan en países hispanohablantes de América Latina. El programa busca reducir la brecha de género en tecnología en la región y ampliar las oportunidades de 70 adolescentes para que puedan formar parte del ámbito laboral tecnológico. 

Las interesadas pueden inscribirse en este link. Aquellas que resulten seleccionadas realizarán una certificación online de 11 meses para formarse en habilidades digitales que les permitirán realizar el desarrollo integral de páginas web. Las capacitaciones incluyen módulos de frontend y backend, y de herramientas y lenguajes como HTML, CSS, Boostrap, Javascript, React.js, JPA y Thymeleaf, entre otros.