EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York.
Prefacio
El pasado martes 19 de septiembre del año en curso, se dio inicio al 78° período de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en su sede principal localizada en la ciudad de Nueva York. La génesis de estas reuniones, tuvo sus inicios en el año de 1955, y las mismas se han hecho de manera ininterrumpida hasta la fecha.
En esta oportunidad, se tocaron temas de actualidad y álgidos como la invasión de Rusia a Ucrania, el cambio climático, la galopante inflación mundial, la salud, el hambre, la tensión política en el África, la crisis social, económica y política en Haití y las recientes inundaciones ocurridas en Libia. La finalidad de estos encuentros, es debatir y exponer criterios en torno a estos temas. Para ello, tomaron la palabra presidentes, primeros ministros, monarcas y los jefes de Estado de sus 193 miembros que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asistiendo al evento en esta ocasión unos 140 jefes de Estado.
Como novedad en esta Asamblea, se contó por primera vez, con la presencia de Volodímir Oleksándrovich Zelenski Zelenska, en su calidad del sexto presidente de Ucrania, desde su independencia de Rusia, ocurrida el 24 de agosto de 1991. Huelga decir, que su figura fue la más esperada, dada la guerra que sostiene esa aguerrida y valiente nación que él representa, la cual se ha enfrentado con valentía y gallardía a una potencia militar como Rusia, emulando con ello, la lucha bíblica entre Goliat, el gigante filisteo y David, el ungido del Señor, hijo pequeño de Jesé, sucesor de Saúl y libertador de Israel.
Es propicio recordar, que la celebración anual de este evento, representa un desafío a la ciudad de New York, dado que, implica un enorme despliegue policial de seguridad a los participantes, cierres y desvíos del transporte tanto público como privado y, a la vez, creando un caos vehicular en la Gran Manzana, ocasionando muchos y serios inconvenientes a sus habitantes en sus labores habituales. De la misma manera, origina un gasto significativo de dinero a la ciudad por el pago de horas extras a los policías y fuerzas de seguridad utilizadas.
La ONU: Templo político de los mansos y los cimarrones
Después de concluir la Guerra Fría, sostenida entre los Estados Unidos y Occidente, en contra de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sus aliados, que conllevó el derrumbe del primer Estado socialista en el mundo, -a mi entender y en lo personal-, he considerado que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entró en un proceso de declive y deterioro de su imagen, hasta llegar al nivel en que sus resoluciones tienen poco valor de aceptación o cumplimiento por parte de las naciones acreditadas en el organismo.
Puedo decir, con sinceridad, que su accionar como árbitro en los conflictos mundiales o regionales, ha perdido cierta credibilidad en el concierto de las naciones y antes los ciudadanos del mundo que, como entes pasivos, actuamos como observadores en las diversas interacciones en que intervine el organismo político. A mí entender, hay dos poderosas razones que han incidido en torno a esta percepción que se nota a nivel global.
La primera. Desde hace tiempo, esa institución política a nivel mundial, ha sido infiltrada por dictaduras teocráticas, terroristas y regímenes izquierdistas, que de manera sigilosa se han enquistado en sus organismos deliberativos de la institución. El caso más patético, risible y desconcertante es que, una dictadura criminal, abusiva, violadora de los derechos humanos y esclavista como lo es el régimen castrista de Cuba, sea miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU). Eso es un descaro, un ridículo y una afrenta para la seriedad del organismo de cara al mundo.
La segunda. Existe un mecanismo en la propia institución, que se conoce como el derecho al poder del veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, el cual lo ejercen cinco naciones: Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China Popular y Francia. Si uno de esos países se opone a cualquier resolución del organismo que afronte un determinado problema mundial, la misma se cae y no se puede aplicar para fines de resolver una situación. Esto sucede muy menudo, cuando se afectan los intereses geopolíticos de un miembro del referido Consejo de Seguridad. Ante tantas confrontaciones, pienso que dicho mecanismo, más que una solución, es una traba. Por esa razón sostengo, que la ONU es el templo donde se conjugan los mansos y los cimarrones.
«El Cacas» en la ONU: El discurso de un cimarrón chiflado
Es muy probable que, los distinguidos lectores de este diario los cuales me honran con su atención, al leer esta modesta contribución mía al debate político, les interesa saber a quién me refiero con el alias de «El Cacas», de su presencia en el podio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y cuál es la razón por la cual es conocido con ese mote tan peculiar. Para satisfacer esa curiosidad válida y entender las motivaciones que me han impulsado a escribir los párrafos que anteceden a este, les explicaré la raíz del mismo, no sin antes dar algunas definiciones.
¿Qué es un cimarrón? Dícese del esclavo negro o del animal doméstico que huye al campo, se hace montaraz y se convierte en un alzado, bravo, cerril y salvaje. Muchos afrodescendientes lucharon por romper con su esclavitud y lograron fugarse de las haciendas. A ellos fue que los denominadores españoles denominaban cimarrones.
¿Qué es la caca? Este término se utiliza para referirse a las heces desde los tiempos de la antigüedad griega. Dicha palabra proviene del latín «cacare» y se vincula con una raíz indoeuropea «kakka» (defecar). En consecuencia, no es más que la materia descompuesta de los residuos de los alimentos que el organismo elimina tras haber hecho el proceso de la digestión. Es lo que se conoce también como excremento.
¿A quién le llaman «El Cacas»?
Como ya sabemos, los apodos o alias, son denominaciones de carácter descriptivo basadas en algún rasgo o condición de la persona a la que nombran. Entonces, de seguro, los leyentes se preguntarán, ¿a quién le llaman «El Cacas» y por qué? Bueno, se le conoce así en Colombia, al actual presidente de esa nación, Gustavo Francisco Petro Urrego, el cual fue uno de los mandatarios que hizo acto de presencia en la recién finalizada reunión anual de la ONU.
Ese mote que suena como una especie de grosería sin sentido, en verdad ello tiene su lógica y nos demuestra, que los apodos no salen a la ligera, sino por alguna razón. Todos sabemos que Gustavo Federico Petro Urrego, tiene un pasado como terrorista íntimamente ligado a la guerrilla en Colombia y al grupo urbano del M-19 -luego partido político-, con la finalidad de tomar el poder por las armas, como era la norma para esa época. Muchos de estos grupos, eran aupados, propiciados y ayudados por la tiranía del sátrapa cubano Fidel Alejandro Castro Ruz, de Cuba, obviamente, con el respaldo político, moral y económico de Rusia en la lucha geopolítica con los Estados Unidos y Occidente.
Los guerrilleros del M-19, al cual pertenecía Gustavo Petro, tenían por norma meter a sus prisioneros en pozos y les tiraban los alimentos desde arriba. Pero, como ya lo sabemos, los comunistas son seres vengativos, resentidos y Gustavo Petro, en su calidad de un intelectual, tenía que contribuir con un adarme de originalidad. Por ende, y con el único propósito de humillar aún más a los cautivos, el hoy flamante presidente de Colombia, el orador en el podio de la ONU y «propiciador» de la paz en el mundo, acostumbraba a defecar desde lo alto para que sus heces cayeran sobre los prisioneros en los pozos. Así fue que surgió el alias de «El Cacas».
El pasado 19 de junio 2022, el pueblo colombiano cometió un notable error histórico al llevar al Palacio de Nariño, a un individuo sin escrúpulos, sin ética, terrorista, indigno, asesino, alcohólico, inmoral, corrupto y aliado al narcotráfico, como ha quedado demostrado, al estar enjuiciado hoy en día su hijo, Nicolás Petro Burgos, por haber recibido ayuda económica del narcotráfico para la campaña electoral de su padre.
En Colombia, se acaba de cumplir la sentencia que legara a la humanidad, el notable ensayista, filósofo, poeta y novelista español, autor del libro «La razón en el sentido», Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás (George Santayana), cuando dijo: «Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo».
Hoy en día, el pueblo colombiano ha reconocido que se equivocó al confiar su voto a un resentido exguerrillero izquierdista, como lo refleja la última encuesta nacional, en donde su impopularidad y rechazo a su gobierno, ha superado ya el 63%, ante los escándalos, retrocesos gubernamental, inflación, aumento de la gasolina, alimentos devaluación del peso colombiano, falta de trabajo y de ver a su presidente, estar diciendo disparates, estupideces, pronunciar discursos en estado etílico y, con cierto consumo de sustancias enervantes a lo interno y en foros internacionales.
En la recién finalizada Asamblea General de la ONU, podemos decir, a viva voz, que Colombia y su gran pueblo, han pasado vergüenza ajena, ante la presencia y el desafortunado discurso que dijera su presidente, Gustavo Francisco Petro Urrego. Ello se puso de manifiesto cuando al subir al podio de la ONU, una gran parte de las delegaciones presentes abandonaron el foro, en repudio a la presencia de este exguerrillero con carácter mental de bucéfalo, ignaro, oligofrénico, estólido y desaforado al hablar.
Es válido señalar, que esa percepción colectiva que se tuvo de este camaján izquierdista no fue errada, ya que, en su desafortunado, errático, absurdo, inverosímil y pueril discurso, manifestó un criterio que dejó estupefacto al mundo y a la poca audiencia que le prestó atención en el foro, cuando en un arrebato mental, propio del raciocinio de un Australopithecus y admitiendo tácitamente su aprecio a las sustancias aditivas y estimulantes, dijo sin rubor alguno lo siguiente (cito): «La cocaína es menos venenosa que el carbón y el petróleo» (cierro cita). Ver video de YouTube:
Epílogo
El «liderazgo» actual de los díscolo y cimarrones izquierdistas
En varias de mis propuestas anteriores, he sostenido y sostengo, que el liderazgo político actual de la izquierda que hoy arropa a la América Latina, es de ineptos, inmorales, deshonestos, chabacanos, irreverentes, carente de escrúpulos, corruptos y sin un ápice de dignidad. Es la razón por lo cual viven causando asombro e incredulidad, ante lo que dicen, hacen y proponen, porque no son comportamientos de seres normales o con un ápice de raciocinio.
Lo dicho por Gustavo Petro en el podio de las Naciones Unidas y el rechazo que tuvo su presencia en ese recinto, es muestra palpable en estos llamados líderes del socialismo izquierdistas de hoy en día, que el papel de presidente les queda muy grande y que, una vez más se confirma, el dicho que reza: «El que nació para coco… de piñonate no pasa».
DAR UN CLIC:
jpm-am
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.