El Manchester City, el vigente campeón, puso rumbo hacia los octavos de final de la Liga de Campeones de fútbol, tras prolongar su pleno de victorias en la fase de grupos al imponerse este miércoles por 1-3 al Young Boys suizo; con un doblete del noruego Erling Haaland, que rompió una racha de cinco encuentros consecutivos sin marcar en la máxima competición continental.
Una “sequía” que el delantero nórdico pareció empeñado en prolongar en su visita al estadio Wankdorf de Berna, donde Haaland pareció, al menos en la primera mitad, más ofuscado que nunca ante la portería rival.
Ni las espectaculares cifras que luce el noruego en la Premier League, donde contabiliza nueve tantos en nueve partidos, parecen suficientes para hacer olvidar a Erling Haaland que no marcaba en la Liga de Campeones desde que anotó ante el Bayern Múnich en la vuelta de los cuartos de final de la pasada campaña.
Haaland no anotó ante el Real Madrid en las semifinales, ni ante el Inter en la gran final, como tampoco logró marcar en los dos primeros encuentros de la máxima competición continental de este curso ante el Leipzig y el Estrella Roja.
Una circunstancia que pareció pesar sobre el atacante noruego, que hizo bien todo, menos lo más importante para un “depredador” del área, marcar.
No fue por falta de ocasiones ya que el minuto 23 desaprovechó, tras ganar muy bien la espalda a la zaga del Young Boys, un buen balón en profundidad con un remate excesivamente cruzado.
Haaland no resolvió mejor en su siguiente oportunidad, un centro desde la banda izquierda de Jack Grealish que el internacional nórdico trató de culminar con un fallido remate acrobático.
Una falta de eficacia que pareció trasladarse al resto de los jugadores del Manchester City que no fueron capaces de convertir ninguna de las buenas ocasiones que generaron en una primera parte en la que los de Pep Guardiola, como es su costumbre, monopolizaron la posesión del balón.
Pero unas veces el desacierto de los delanteros visitantes y otras, la mayoría, el buen hacer del portero suizo Anthony Racioppi, que privó hasta por dos veces al joven extremo belga Jeremy Doku del gol con dos impresionantes intervenciones, impidieron que se moviera el marcador.
Un Racioppi que volvió a vestirse de héroe en el último minuto de la primera mitad en un remate de Rodri que dejó claro los numerosos problemas para defender las acciones a balón parado.
Circunstancia que el Manchester City explotó a los tres minutos de la segunda mitad en una acción en la que el central suizo del conjunto inglés, Manuel Akanji, no desaprovechó un balón rechazado por el larguero tras una nueva parada de Anthony Racioppi a un remate de cabeza de Ruben Dias para establecer el 0-1.
Un gol que parecía garantizar una plácida noche para los de Guardiola, que sin embargo, cuatro minutos después se vieron inmersos en un inesperado problema, tras ver como el congoleño Meschack Elia igualó (1-1) la contienda, tras resolver con una sensacional vaselina un fulgurante contragolpe.
Empate que propicio los mejores momentos del Young Boys que envalentonado por el tanto del empate, buscó como no había hecho hasta entonces la portería de un Manchester City incapaz de asimilar lo ocurrido en el partido.
Una perplejidad de la que se encargó de rescatar al equipo inglés el centrocampista español Rodri, víctima a los 65 minutos de un innecesario penalti de Mohamed Camara, que el noruego Erling Haaland de encargó de convertir en el momentáneo 1-2.
No fue el mejor lanzamiento de penalti, ya que el portero Anthony Racioppi pareció incluso tocar el balón, pero la potencia del remate hizo imposible que el balón no acabase en gol, acabando con la “sequía” goleadora del nórdico en la máxima competición continental.
Todo un alivio para Haaland, que pese a que volvió a resolver mal dos nuevas oportunidades que dispuso, a cuatro minutos para el final demostró el porque de su condición como uno de los mejores delanteros del mundo con un sensacional remate que significó el definitivo 1-3.