La selección española corrigió el paso en la fase de clasificación a la Eurocopa 2024 con exhibición de autoridad en Tiflis, en el mejor partido de la etapa de Luis de la Fuente, con siete goles de un equipo ajeno al terremoto que vive la Federación, que aleja fantasmas en un día para la historia por el debut con gol de Lamine Yamal con 16 años y 57 días.
Entre la imagen del batacazo inesperado de Escocia, que dejó a España en una engañosa penúltima posición del Grupo A, y la exhibida en Tiflis, ante un estadio lleno que desbordaba pasión, aparece el crecimiento que aportó al grupo la conquista de la Liga de Naciones. Un título once años después como primera piedra de un nuevo camino que quita la losa de la comparación eterna con la ‘generación de oro’ que lo ganó todo.
Así, reaparecía en escena con la obligación de ganar. Y respondió con grandeza. El triunfo mayúsculo que necesitaba De la Fuente para silenciar a los que pidieron su dimisión. Enchufada desde el inicio, la selección española impuso el fútbol a los problemas que han rodeado al país desde la celebración del Mundial femenino. Nada descentró a un equipo que sabía lo que se jugaba.
Pese a tener la red de la repesca si extendía su caída, evitar ese descrédito es clave. En un terreno donde España siempre venció, pero también sufrió para hacerlo en los últimos minutos en dos precedentes, se desató un vendaval de fútbol bajo la lluvia con una desconocida pegada que eleva el caché de Morata. Con el brazalete de primer capitán. Un triplete que le asienta como el 9 titular.
No se había cumplido el segundo minuto del partido cuando ya acariciaba el primero Morata. El balón muerto caía a Marco Asensio que se topaba por bajo con Mamardashvili. Segundos después el mismo rematador a un centro de Gayá dejaba ver que la defensa de cuatro de Sagnol, que renunció a la línea de cinco de otros encuentros, hacía aguas. Le faltó intensidad y capacidad para frenar los ataques españoles.
Cada carrera del ídolo local y referente del Nápoles, Kvaratskhelia, levantó a su afición del asiento y provocó un rugido en la grada. Sistema de ayudas para un inconmensurable Carvajal, firme y rápido cuando quedó expuesto en el marcaje. Pero España no dio opciones. La movilidad de Fabián y Asensio fue clave. Su buen pie en los centros.
En el minuto 22, con rosca de la zurda de Marco a la cabeza de Morata, que marcó los tiempos y abrió la goleada. Dio paso a minutos de clase y omnipresencia de Fabián, a quien anularon un gol en posición muy justa, provocó el segundo con un centro que mandaba dentro de su portería Kverkvelia y regaló el cuarto a Morata tras robar el balón en el inicio de jugada de Georgia.
Ya había marcado Dani Olmo, en el mismo escenario donde dio el triunfo en el tiempo añadido de la última visita. En apenas 18 minutos de vendaval, España se había llevado todo por delante con cuatro tantos y una imagen arrolladora. Y pudieron ser más si el portero georgiano no hubiese sacado una mano salvadora a Fabián y hubiese evitado el gol de Asensio.
La exhibición sólo dejó las malas noticias de las lesiones de Olmo y Asensio al borde del descanso. Provocaron la entrada de dos puñales por banda, Nico Williams y el debut para la historia de Lamine Yamal. Descaro puro que no paró de intentarlo, ajeno a la presión de los pasos que da con 16 años, hasta que marcó para ser el debutante y el goleador más precoz.
Antes, como es lógico por la ventaja en el marcador, hubo minutos de relajación. Provocaron un gol en contra por un error doble. De Le Normand en un mal despeje y de Unai Simón para no blocar un disparo blando raso de Chakvetadze que se le coló por debajo del cuerpo.
Fue un espejismo. La selección española volvió a pisar el acelerador y en cuanto quiso más, acabó firmando una de las goleadas más amplias de su historia de visitante. Morata hacía el quinto tras el pase al espacio de Mikel Merino y definiendo con calidad, Nico Williams el sexto en acción individual y el broche llevaba la firma especial de Yamal. Tras jugada de Nico, el pase atrás, chutó con calidad, con el interior de su zurda evitando al portero y tres defensas en un tanto histórico.