Un equipo de astrónomos ha descubierto en una galaxia cercana una estrella similar a nuestro Sol que está siendo gradualmente devorada por un pequeño pero voraz agujero negro que cada vez que pasa cerca de ella le absorbe una masa equivalente a tres Tierras.
Los detalles del descubrimiento, realizado por científicos de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y publicado este jueves en Nature Astronomy, servirá para mejorar la comprensión de los agujeros negros que perturban las estrellas en órbita, un área muy poco explorada hasta ahora.
Para los astrónomos, el hallazgo sugiere que puede haber toda una colección de estrellas en proceso de ser consumidas y que aún están por descubrir.
El curioso hallazgo ha sido posible gracias a un enorme estallido de rayos X detectado en el centro de la galaxia cercana 2MASX J02301709+2836050, a unos 500 millones de años luz de la Vía Láctea.
Tras detectar el primer destello, los astrónomos programaron nuevas observaciones para analizarlo y comprobaron que Swift J0230, como se le ha bautizado, brillaba intensamente durante 7-10 días y luego se apagaba bruscamente. El proceso se repetía aproximadamente cada 25 días.
El eslabón perdido
Hasta ahora se habían observado situaciones similares en las que una estrella pierde material por culpa de un agujero negro cada vez que su órbita pasa cerca, pero diferían en la frecuencia del destello y si era en rayos X o en luz óptica.
La regularidad de las emisiones de Swift J0230 se sitúa entre ambas, lo que, para los astrónomos sugiere que este evento es “el eslabón perdido” entre dos tipos de erupción.
Utilizando como guía los modelos propuestos para estas dos clases de sucesos, los científicos llegaron a la conclusión de que el estallido de Swift J0230 es una estrella de tamaño parecido a nuestro Sol que se encuentra en una órbita elíptica alrededor de un agujero negro de baja masa situado en el centro de su galaxia.
A medida que la órbita de la estrella la acerca a la intensa atracción gravitatoria del agujero negro, material equivalente a la masa de tres Tierras es arrancado de la atmósfera de la estrella y al caer en el agujero negro y calentarse unos 2 millones de grados centígrados, libera una enorme cantidad de rayos X: los que fueron captados por primera vez por el satélite Swift.
“Es la primera vez que observamos cómo una estrella como nuestro Sol es triturada y consumida repetidamente por un agujero negro de baja masa”, ha destacado Phil Evans, investigador de Leicester y autor principal del estudio.
Tal y como ha detallado Evans, “estos eventos son en sí mismos un descubrimiento bastante nuevo y parecen dividirse en dos tipos: las que estallan cada pocas horas y las que lo hacen cada año más o menos. Este nuevo sistema se sitúa justo en el intervalo entre ambos”.
Según los cálculos de los astrónomos, el agujero negro tiene entre 10.000 y 100.000 veces la masa de nuestro Sol, lo que resulta bastante pequeño para los agujeros negros supermasivos que suelen encontrarse en el centro de las galaxias (se cree que el agujero negro del centro de nuestra galaxia tiene 4 millones de masas solares, mientras que la mayoría se sitúan en torno a los cien millones).
Se trata del primer descubrimiento realizado con el nuevo detector de transitorios para el satélite Swift, desarrollado por el equipo de la Universidad de Leicester y ejecutado en sus ordenadores.