Argentina
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Cuándo definen Alberto Fernández y Sergio Massa, y la preocupación de Kicillof

Sábado 18 de marzo al mediodía. A los rostros agobiados por la situación económica se suman los casi 30 grados de calor, a días del inicio del otoño. Faltan cinco meses para las PASO y aún no se palpa en las calles un clima preelectoral, ni mucho menos. Tampoco se definieron temas que podrían ordenar a las dos principales coaliciones, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y también a los votantes: ¿Cristina Kirchner y Mauricio Macri serán candidatos? ¿Quién ganará las primarias en el oficialismo y en la oposición?

Sin embargo, en una de las cuatro esquinas del cruce porteño de las avenidas Corrientes y Scalabrini Ortiz, sobresale en el paisaje una mesa de campaña, con tres jóvenes repartiendo volantes y preguntando a los transeúntes: “¿Conocés a Juan Grabois?”. Detrás se sostiene cómo puede, un afiche que versa en letras grandes “Argentina humana” -¿será por su vínculo con el Papa Francisco?-, con Grabois de espalda (ni siquiera de frente), abrazado a quien sí se ve con claridad, Cristina, y más abajo en rojo “Juan Grabois Presidente”.

Sábado 18 de marzo de 2023. Un afiche de "Juan Grabois presidente" en Villa Crespo.
Sábado 18 de marzo de 2023. Un afiche de "Juan Grabois presidente" en Villa Crespo.

El episodio que se repitió en varias esquinas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires, refleja la confusión y desesperación  que impera en el kirchnerismo por la falta de un candidato presidencial competitivo, a partir del anuncio de su líder, la vicepresidenta, de que no se presentará a ningún cargo.

La otra pata de esa orfandad electoral se llama Sergio Massa. El plan político diseñado por el ministro de Economía a fines de 2022, y abonado por cristinistas y albertistas, era amesetar la inflación en mayo, es decir, mostrar una clara tendencia a la baja de los precios y un control de la economía. Con eso, decían, alcanzaba para que el oficialismo tuviese un aspirante -Massa- con chances y consenso . Ese escenario se esfumó.

La inflación de febrero del 6,6%, y la de marzo, un mes estacionalmente complicado en términos de suba de precios que está siendo proyectado en torno al 7% o más, provocará que el kirchnerismo llegue a mayo, muy posiblemente, con una inflación del 30% en el primer cuatrimestre del año. Ergo, la mitad en sólo en cuatro meses, del 60% de inflación proyectado por el Gobierno en el presupuesto 2023, que ya es incumplible.

La esperanza a la que aún se aferra Massa es conseguir un índice del 3,7%, la mitad de la inflación -7,4%- con la que asumió en Economía. Pero esa chance se aleja. Suena difícil -o raro- que si marca un 7% en marzo, baje a la mitad al mes siguiente. De todas maneras, ¿será candidato?

A todo dirigente que lo consulta, repite lo mismo. “No tengo en la cabeza ser candidato”, aseguran en su entorno. El único dato preciso es que en mayo Massa se meterá en el escenario político y definirá si se tira a la pileta sin la certeza de que haya agua, y lanza su candidatura presidencial, o no.

“Lo único claro es que Sergio no debería llegar a diciembre como ministro de Economía. Si es nuestro candidato, renuncia y pone el foco en la campaña; pero si quiere ser protagonista en la etapa que viene del peronismo, no puede quedarse hasta el final en el Titanic”, reflexiona un dirigente del FdT.

Sergio Massa se reunió con la titular del FMI Kristalina Geirgieva en el marco de la cumbre del G20 en la India.
Sergio Massa se reunió con la titular del FMI Kristalina Geirgieva en el marco de la cumbre del G20 en la India.

En esa línea, hay funcionarios que consideran que, así como Cristina debería ser candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, Massa tendría que encabezar la lista de candidatos a diputados, también por territorio bonaerense. De esa manera, el kirchnerismo pondría todo en la provincia y dejaría la nación liberada para quien quiera ser candidato -¿Daniel Scioli?- y el actual ministro de Economía se asegura un rol protagónico en la Cámara de Diputados 2024.

Mayo también podría ser el mes de la definición de Alberto Fernández. Si irá o no por la reelección, obviamente está atado a la decisión de Massa. Se habla del 18 de mayo, fecha en la que en 2019 Cristina lo ungió como candidato presidente. Si no es ese día, podría prologarse hasta el 31 de mayo, dicen en la Casa Rosada. No obstante un sector promueve que sea lo más cerca del cierre de listas posible, del 24 de junio. “No como especulación, sino para darle todo el tiempo posible a los precandidatos que también ganen volumen electoral”, justifican en Gobierno.

En uno u otro escenario, Alberto no anunciaría su decisión antes del 18 de mayo, más allá de las presiones mediáticas de La Cámpora. La diatriba de Máximo Kirchner o de Andrés “Cuervo” Larroque ya no le preocupan al Presidente. “Todo lo que se multiplica por cristinismo, da cristinismo”, ironiza un consultor político.

Tampoco las amenazas de dejarlo de lado del armado de las listas o de la estrategia electoral, a él y al albertismo. “No deberían olvidar que la lapicera la sigue teniendo Alberto, ¿de dónde creen que van a salir los fondos para la campaña", advierten. Sería extraño que ocurriera, pero nadie debería descartar que Fernández se siente sobre la caja de recursos que también necesita el cristinismo, para financiar la campaña, si es que le declaran la guerra total.

En ese entramado, el gobernador Axel Kicillof reza para que Massa o la propia Cristina finalmente decidan ir por la presidencia porque fuera de ellos, es quien mejor mide a nivel nacional en el kirchnerismo.

En el entorno de Kicillof argumentan que su jefe debería ir por la reelección porque el proyecto de reconstrucción de la provincia necesita continuidad, con la ampliación de la matriz productiva, un banco dedicado a fomentar la producción y no la timba; hacer los cambios estructurales en salud, educación y seguridad. Y haciendo las obras que nunca se hacían porque no llegaban a verse como las obras hídricas en Bahía Blanca, La Plata, en el Río Salado, en el Río Luján. Así como las obras energéticas y de agua y cloacas.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner durante un acto en Avellaneda. Foto: Twitter @Kicillofok
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner durante un acto en Avellaneda. Foto: Twitter @Kicillofok

“Es la primera vez qué hay un gobierno que gobierna pensando en la provincia y no en usarla como un trampolín”, aseguran cerca del gobernador. Además, apuntan que ningún candidato retiene los votos de Kicillof en la provincia, ni siquiera si él fuera el candidato a la presidencia, lo que pondría en riesgo que el kirchnerismo siga gobernando el principal distrito del país. Obviamente Kicillof sabe, y está dispuesto a acatarlo, que si la vicepresidenta decide que él debe pelear por la Presidencia, lo hará.

Lo que Kicillof no puede decir es que detrás de su mudanza como candidata presidencial está Máximo Kirchner. Lo que el jefe de La Cámpora pretende, es quedarse con la gobernación, en alianza con Martín Insaurralde, en representación de los intendentes del Conurbano. Todo depende de su madre, Cristina Kirchner. ¿Buscará dejarle a su hijo la provincia?