La delegación estará encabezada por el viceministro Gabriel Rubinstein.
Esta noche viajará a Washington el equipo económico, sin la presencia del ministro Sergio Massa, para reunirse con los representantes del Fondo Monetario y cerrar el nuevo desembolso por US$ 5.800 millones de parte del organismo.
El equipo estará encabezado por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein y lo acompañarán el jefe de asesores, Leonardo Madcur, el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, y el titular del Indec, Marco Lavagna, informaron en el Palacio de Hacienda.
El objetivo del viaje es cerrar la tercera revisión del programa lo que daría paso al desembolso de US$ 5.800 millones que se usarán para pagar el próximo vencimiento con el propio FMI.
La delegación estará en la capital norteamericana hasta el próximo viernes, con una agenda de reuniones de trabajo reservadas.
Si la revisión es aprobada, Argentina recibiría el nuevo desembolso antes de fin de año.
Para lograr la aprobación del FMI, el país debe cumplir con las metas monetarias, fiscales y de reservas comprometidas. La monetaria estaría sobre cumplida ya que se ubicaría por debajo del 1% que se proyectaba.
En cuando la compromiso fiscal, el ministro Massa aseguró días atrás: "Vamos a cerrar el año cumpliendo el 2,5% de déficit fiscal".
Y respecto a las reservas la idea es que el nuevo dólar soja que arranca hoy ayude a llegar a la meta pactada para este año.
Entre octubre y noviembre al Banco Central se le fueron cerca de US$ 1.800 millones en las operaciones diarias en el mercado de cambios. Pero ahora Massa apuesta a que los US$ 3.000 millones que los sojeros liquidarán de aquí a fin de año contribuirán a reforzar las reservas y así llegar a la meta pactada con el FMI de acumular US$ 5.000 millones para todo el año.
Pedido por los sobrecargos
Uno de lo temas que Rubinstein y su equipo quieren poner en la agenda en las reuniones en Washington es lograr una mayor flexibilidad de parte del Fondo en las metas estipuladas en el acuerdo.
Desde el punto de vista del gobierno el pedido de mayor flexibilidad al Fondo se justifica en que la guerra en Ucrania demandó un aumento del gasto por parte de Argentina en importación de combustible que tuvo un impacto negativo sobre las reservas del Banco Central.
Massa calcula ese costo en US$ 5.200 millones, lo que abriría la puerta para "solicitar un esfuerzo adicional" de parte del Fondo.
Otro punto que forma parte de la agenda con el FMI es el pedido argentino para que se revean los sobrecargos que se aplican sobre préstamo concedido a la Argentina.
El gobierno argentino ya había llevado ese planteo a la cumbre del G20 en Indonesia. El tema también formó parte de la reunión que el presidente Alberto Fernández mantuvo allí con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
En ese encuentro en Bali, la postura argentina fue respaldada por Alemania, Francia, Sudáfrica, Brasil, España y México.
AQ
