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Por los pasillos: El impacto de Máximo y Florencia Kirchner por el atentado y el doble juego entre Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich

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Los hijos de la vice, aún en shock. Disputas por la vicegobernación bonaerense. Y los viajes de los pre candidatos presidenciales de JxC.

Máxima custodia

Máximo Carlos Kirchner sigue con perfil bajo. Como se comentó en esta columna hace más de un mes atrás, el diputado nacional va de su casa a la Cámara de Diputados, se corre hasta el Senado para ver a su madre y mantiene reuniones en su despacho. Reconoce que mantuvo quieto al PJ bonaerense -que él preside- y que debe ponerlo urgente en movimiento. Eso sucedió dos semanas atrás, cuando realizó una verdadera catarsis delante de un grupo de intendentes bonaerenses y donde se sinceró diciendo "Asi perdemos las elecciones".

Quienes hablaron en la última semana con el primogénito de Néstor y Cristina Kirchner escucharon la misma descripción: que sigue "golpeado" por el intento de asesinato de su madre. Y que ese "shock" lo comparte con su hermana Florencia. Los hijos de Cristina -uno con dedicación completa a la política y la otra, totalmente alejada de ese mundo- aún siguen notoriamente impactados por el atentado de Fernando Sabag Montiel y la historia que hay detrás de su novia Brenda Uliarte y la banda de "Los Copitos".

"Está muy afectado con lo de la madre. La verdad, ninguno de ellos se lo veían venir", cuenta una funcionaria cristinista que vio cómo se modificaron hábitos y se incrementó la custodia que tienen Cristina y también sus dos hijos. En verdad, los mismos dirigentes que hoy teorizan sobre esta irrupción en Argentina de grupos de ultraderecha que se movilizan con guillotinas de madera a Plaza de Mayo o que golpean autos o escrachan dirigentes de todos los signos políticos, reconocen que no vislumbraron este suceso, que responde a un profundo enojo en sectores juveniles.

Máximo Kirchner va a la Cámara de Diputados de lunes a viernes y mantiene allí, "reuniones de las 8 de la mañana a las 10 de la noche que no le damos difusión", según un integrante de su equipo. Cuando hay sesión en la Cámara baja, desde que dejó la presidencia del bloque oficialista, aparece en las sesiones solo para votar. Y luego se va. Ahora, el peronismo bonaerense debe definir fecha de su Congreso (que se iba a hacer el sábado en que el Gobierno de la Ciudad puso vallas en los alrededores del departamento K de Juncal y Uruguay) y poner en marcha la ingeniería electoral con miras a la elección presidencial, de gobernador y de legisladores del año próximo.

Todas las miradas van hacia Máximo y hacia su madre. Los peronistas más clásicos esperan que lo hagan desde la acción política y no solo, con lapicera en mano, para cerrar las listas. Veremos, veremos...

Máximo Kirchner durante la sesión sobre Consenso fiscal en Diputados. Foto Federico López Claro
Máximo Kirchner durante la sesión sobre Consenso fiscal en Diputados. Foto Federico López Claro

Internitas

​Mientras tanto, en los asados y cenas del peronismo bonaerense se habla de cómo será la competencia por el intento de un nuevo turno en la provincia mayor. Axel Kicillof no quiere saber nada con ser candidato presidencial y aspira, con la bendición de su jefa política CFK, ir por su reelección. Varios intendentes, enojados por la falta de generosidad del mandatario provincial en compartir recursos con los municipios, quisieran tener un postulante propio para la pelea por la gobernación. Esa disputa parece haberse reactivado hoy, por lo que varios comenzaron a poner en discusión el tramo completo de la fórmula, incluyendo a la vicegobernadora, la matancera Verónica Magario.

Allí afloraron viejos rencores con quienes mandan políticamente en La Matanza: el cacique distrital es Fernando Espinoza, actual intendente, acompañado en esa faena por la vicegobernadora  Magario.

"Axel no tiene a su Balestrini, le falta algo así", dicen en recuerdo al rol que cumplía el fallecido Alberto Balestrini (también de La Matanza) cuando acompañó y aconsejó al entonces novel mandatario Daniel Scioli. Pero esos enojos son relativizados en La Plata, donde Verónica Magario tiene sus aposentos políticos: "Fórmula que gana, no se toca", señalan, para decir que no está en discusión una distinta para la búsqueda de la reelección peronista en la provincia de Buenos Aires. Operaciones a troche y moche...

Axel Kicillof y Verónica Magario, gobernador y vice. Foto M. Nievas
Axel Kicillof y Verónica Magario, gobernador y vice. Foto M. Nievas

​Halcones pero no bolú

En Juntos por el Cambio, hoy cortan clavos para que el peronismo -en una alianza cada vez más notoria con las huestes de Javier Milei- no logre suspender las PASO, esto es las Primarias para definir candidatos para las elecciones del año próximo. Mientras tanto, los dos principales pre candidatos presidenciales del PRO no dejan de recorrer el país. Pero hay un rasgo que caracteriza a los movimientos de "El Pelado" y de "Pato": van a los mismos lugares donde los reciben los mismos dirigentes. ¿Cómo es esto? Los últimos viajes de Bullrich fueron a San Juan (con el diputado nacional Marcelo Orrego) y a Chubut (con el senador Ignacio Torres). Antes, fue a Córdoba, donde se vio con Luis Juez y antes, con Rodrigo De Loredo. Y lo mismo hizo Larreta.

Queda claro, así, que los candidatos a gobernadores de cada distrito juegan a dos puntas: reciben a Horacio y a Patricia y hay fotos para todos (y todas).

Como habrán elecciones desdobladas en casi todas las provincias, los postulantes necesitan los recursos del porteño HRL y la imagen de PB. Palomitas y halcones, hermanados...

Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich
Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich