Como durante el llamado Periodo especial de la década de 1990 y las crisis que le han sucedido, la prensa oficial en Cuba se vuelve a llenar por estos días de sugerencias alimentarias que provocan burlas pero también irritación entre los habitantes de la Isla, enfrentados a una crisis humanitaria creciente, que la actual escasez crítica de combustible empeora.
El sábado, el periódico oficial de Las Tunas dedicó un texto a la idea de la "soberanía alimentaria", que si bien supone la loable idea de producir los alimentos necesarios para evitar que la mayor parte de lo que se consume en la Isla siga siendo importado, evita mencionar las medidas económicas necesarias para que ello se haga realidad.
En cambio, Periódico 26 llama a "producir alimentos de forma sostenible y que la población tenga acceso a una alimentación diversa, balanceada, nutritiva, inocua y saludable, sin dependencia de medios o insumos externos", pero ofrece como opciones comestibles cultivos, más que exóticos, dudosos.
"¿Aprovechamos todos los alimentos que nos da la naturaleza? Datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalan que de las 400.000 especies de plantas que existen en el mundo, cerca de 300.000 son comestibles", refiere el artículo.
Según Periódico 26, muchas de las plantas que crecen en Cuba "se desaprovechan", por lo que dado "lo difícil de esta etapa se debería promover el uso de plantas que no forman parte de la cultura agroalimentaria del país".
Entre ellas, el texto pone como ejemplo "el tomate de árbol, con el que se hace un excelente puré para sazonar los alimentos, y la caña fístula, cuyas vainas se convierten en una bebida muy nutritiva, rica en vitaminas".
Suma a ello los almendros, con cuya "pepita se hacen dulces, ensaladas y batidos. También hay corojos, difíciles de procesar, pero muy sabrosos. Y cerca de los cauces de agua y en los caminos rurales aparece la guinda o tamarindo chino, como le dicen en otros lugares del Archipiélago".
"Además, en el territorio tunero están la flor de Jamaica, el bledo, la verdolaga, varios tipos de cactus y el guapén o árbol del pan, con sus muchísimos usos como sustituto de varias viandas. Abunda el coco, y aunque se usa para comer natural o en dulces, pocos le extraen su extraordinaria manteca", agrega.
Todo lo anterior podría parecer una idea descabellada si no fuera porque ya está en práctica, al menos en versión experimental, en fincas de Las Tunas, según refirió días atrás el periódico local, al reseñar la celebración del Evento Provincial de Agroecología, Ciencia y Técnica.
En ese encuentro, en el que participaron miembros de cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios del territorio, se mostraron ejemplos de alimentos tan excéntricos como el flan de yuca, la panetela de maíz y el membrillo de mango verde. Ninguno de ellos tan "exóticos", eso sí, como los ahora sugeridos por Periódico 26.
También los campesinos reunidos en ese encuentro mencionaron alternativas para la alimentación porcina con plantas proteicas; el diseño de implementos agrícolas de tracción animal; la aplicación de materia orgánica en los cultivos de limón persa y "el rol de la agricultura familiar campesina e indígena en la soberanía alimentaria y el desarrollo rural", según el reporte.
Lo anterior, que suena a mencionar la soga en casa del ahorcado, se dice en los medios oficiales cuando las autoridades reducen el tamaño del pan que distribuyen por la libreta de racionamiento ante la escasez de harina, o le agregan "extensores" como mezclas de harina de yuca, maíz y otros inventos que la mayoría de los consumidores repudia.
Mientras las fábricas de alimentos cierran ante la grave crisis de combustible que empeoró en el país, lo que hace recordar el Periodo especial, una diferencia sustancial se hace evidente: en muchas de las tiendas online que venden en dólares a los emigrados, quienes recurren a ellas para auxiliar a sus familias en Cuba, el pan abunda, al igual que los dulces y galletas, entre otros productos de harina y toda clase de alimentos "tradicionales".
Pero todo podría empeorar si, como comentó ante la televisión oficial el jueves el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, el régimen no tiene divisas para asumir la importación de productos incluidos dentro de la cada vez más escuálida libreta de racionamiento.