Tercer triunfo en la liguilla de los azulgrana, con una destacadísima actuación del joven, autor de un gol ante un Shakhtar tan descarado como temerario (2-1).
Fermín López pisa fuerte. Si el clásico jugado el pasado verano en Estados Unidos lo puso en el escaparate, su actuación frente al Shakhtar, en puertas de un nuevo gran duelo con el Real Madrid, puede ser su espaldarazo definitivo. El centrocampista fue, sin duda, el gran protagonista de la primera parte del encuentro frente a un rival al que no le dolieron prendas para tratar también de tener el esférico. El joven barcelonista, no en vano, participó de forma directa en los dos goles que se llevaron los de Xavi Hernández al descanso y que, al final, bastaron para llevarse un triunfo tremendamente trabajado y no sin cierto suspense en los instantes finales. [Narración y estadísticas (2-1)]
La actuación de Fermín en el primer tiempo fue del todo efervescente. Primero, envió un remate al poste que Ferran Torres se encargó de convertir en el 1-0, tras la pertinente revisión por parte del VAR, poco antes de cumplirse la primera media hora de juego. Un tanto, además, que quiso dedicar a la memoria de su abuela, fallecida el pasado lunes. El gol, cómo no, hizo que los locales se acomodaran tras unos instantes iniciales algo convulsos. Y, apenas ocho minutos, tras una jugada trenzada con el valenciano, Fermín fue esta vez el gran protagonista, con zapatazo tremendo que puso el 2-0 y empezó a dejar el encuentro visto para sentencia.
Los méritos del andaluz no se limitaron únicamente a su participación en los dos goles. Antes de que se cumplieran los primeros ocho minutos, se quedó a nada de la gloria con un remate salvado in extremis por Riznyk.
Sin perder el resuello
Sobre todo, el joven centrocampista, 20 años, destacó también por rozar la omnipresencia. En un momento, pasaba de la medular, la parcela destinada a ser inicialmente su feudo principal, a descolgarse en ataque, con mucho criterio, o a bajar hasta la zaga para colaborar en tareas destructivas. Todo, no sólo sin perder el resuello, sino evidenciando además que tenía fuelle más que suficiente para seguir haciendo lo mismo todo el tiempo que hiciera falta. Con Pedri prácticamente auto descartado para el clásico y De Jong aún renqueante, no sería para nada algo extraño verlo este sábado en el once inicial frente a los de Ancelotti.
Su ímpetu fue uno de los grandes argumentos del Barça para sofocar los intentos iniciales de controlar el partido por parte de un Shakhtar tan descarado como temerario. El conjunto ucraniano quiso ser protagonista durante muchas fases del juego y, de hecho, se salió más de una y de dos veces con la suya. La zaga azulgrana, con Araujo e Íñigo Martínez como muros prácticamente infranqueables, a pesar de los esfuerzos de sus rivales, no permitieron que sus llegadas a las inmediaciones de Ter Stegen fueran realmente inquietantes para el arquero.
Nervios en el área
Las cosas cambiaron tras el descanso, a pesar de que unos y otros mostraron inicialmente una cierta desidia. Sudakov, poco después de que Ferran marcara un tanto invalidado finalmente por fuera de juego, aprovechó una bajada de tensión competitiva de los locales para anotar el 2-1 y romper así además la imbatibilidad europea del germano.
El golpe sirvió para espabilar a los azulgrana y reanimar al Shakhtar. Fermín, cómo no, lanzó dos avisos: un nuevo remate contra el poste y un gol anulado por fuera de juego. Los visitantes, mientras, rondaron con suma insistencia los dominios de Ter Stegen. Pero, a pesar de que los nervios se instalaron en el balcón del área en la recta final, los de Xavi supieron recuperar su temple para sumar su tercer triunfo consecutivo en la liguilla.