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Podemos no pone en duda su voto para la investidura de Sánchez pero se desliga del pacto de legislatura

Política INVESTIDURA

Fuentes de la dirección morada recuerdan que sus cinco escaños son tan valiosos como los del resto de socios y reclaman su independencia de Sumar.

Como si se tratase del PNV, y no de uno de los partidos presentes en la coalición de Gobierno, Podemos no pondrá trabas a la investidura de Pedro Sánchez en las próximas semanas, pero tampoco garantizará su lealtad al presidente si no consigue su propio ministerio.

Los morados, dicen fuentes de su dirección, no podrían cargar con la culpa de hacer caer al bloque de las izquierdas en el Congreso, pero tampoco esperan ser un aliado dócil si se les ignora sistemáticamente

Tanto la secretaria general de la formación, Ione Belarra, como gran parte de los cargos orgánicos consultados por EL ESPAÑOL defienden en público y en privado la "independencia" de Podemos, de sus cinco diputados que forman parte de Sumar y del voto de cada uno de ellos por encima del grupo parlamentario.

El distanciamiento con los dos principales partidos del (inminente) Gobierno es tal que ningún cargo morado asistió a la firma del acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar este martes, de la cual se enteraron por la prensa.

Es más, el único feedback que los morados han transmitido a sus socios ha sido, en todo caso, o el silencio administrativo o la crítica en privado. Diferentes representantes de la formación han señalado en las últimas horas a este diario que el acuerdo era "del todo insuficiente" y "falto de ambición" recalcando, eso sí, que torpedear la investidura nunca se ha planteado como posibilidad.

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El matiz que cabe señalar aquí es que defender que Sánchez sea presidente —y Yolanda Díaz vicepresidenta— no quiere decir estar a favor de su Gobierno. En las últimas semanas, el PSOE ha intentado ligar las negociaciones de la investidura con sus socios a una legislatura completa, pero la dependencia parlamentaria del independentismo es tan patente que nadie ha aceptado. Más aún, ni siquiera Podemos lo ha hecho.

Los morados reúnen cinco diputados de los 31 que hay en el grupo parlamentario del Sumar. Pocos, si se mira con la percepción de una cámara de 350 escaños, pero imprescindibles en un Congreso tan fragmentado y en el que, como ya se ha visto en las pocas votaciones que ha habido hasta ahora, un solo voto puede significar la diferencia entre el nuevo Gobierno o la repetición electoral. Como se afanan en recordar en la formación: "Somos cinco, los mismos que el PNV, y cada uno es tan clave como el de cualquier otro partido del bloque", desgranan.

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Si la integración en Sumar a finales de junio ya fue a regañadientes, ahora están dispuestos a tomarse la revancha del veto a Irene Montero, de las humillaciones de Yolanda Díaz y del vacío del PSOE todo a la vez. La vicepresidenta segunda en funciones sabía que esto podía pasar y, por ello, una de las primeras cosas de las que se aseguró antes de las elecciones fue de blindar Sumar a prueba de díscolos, pensando en el futuro, y atar en corto a sus socios morados.

El pacto establece que Podemos recibirá un 23% de las subvenciones electorales que reciba la coalición, menos que Sumar pero más que el resto de partidos "menores". Si los diputados abandonaran el grupo parlamentario para ir al Grupo Mixto, como se amenazó en los primeros compases de las elecciones, perderían las jugosas subvenciones, pero eso no quiere decir que puedan votar por su cuenta