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La séptima entrega de 'Élite' es la más aburrida y floja

Decían la pasada semana Carlos Montero y Jaime Vaca que la séptima temporada de 'Élite', la ficción que recoge el día a día de los chavales que estudian en el instituto Las Encinas, iba a tratar sobre la salud mental. Ya dejaban claro en la multitudinaria rueda de prensa que, como en anteriores ocasiones, no había una intención ejemplarizante. «No pienso en que tengo una labor docente, no soy docente. Yo estoy para entretener y si generamos conversación y abrimos debate, bienvenido sea, pero yo no voy a dar ninguna respuesta», explicaba entonces Montero. Vistos los ocho episodios de la nueva entrega, no solo se puede dar fe de ello, sino constatar que difícilmente los capítulos pueden servir para abrir conversación alguna.

Porque, más allá de la habitual incorporación de rostros a la plantilla, poca novedad hay en una serie que apenas se ha movido un ápice desde que se estrenara allá por octubre de 2018 en Netflix. Debemos recordar, eso sí, cómo concluyó la sexta temporada -ojo cuidado, que se vienen spoilers-. En su desarrollo, la ficción resolvía dos incógnitas: en primer lugar, el asesinato del padre de Iván, un futbolista que acababa de aceptar su homosexualidad, por un crímen homófobo. En segundo lugar, el atropello del propio Iván, a manos de Sara, en un accidente que luego la influencer ocultará convencida por su chico Raúl.

Ambas tramas colean en una nueva entrega que por primera vez cambia su esquema. En la séptima temporada de 'Élite' no hay un cadáver que dé comienzo a la ficción y el desarrollo de los capítulos no busca resolver ningún misterio, salvo los que se suscitan según va avanzando la serie. No es el colmo del riesgo, pero sí es una novedad. Con todo, y aunque el acertijo que encerraba cada temporada no era más que un pretexto, es cierto que la ficción parece haber perdido algo de urgencia y dinamismo, pero resulta difícil discernir si es por la estructura o porque realmente nos encontramos ante la entrega más plana, poco sorprendente, reiterativa y aburrida de la serie.

Maribel Verdú y Mirela Balić son Carmen y Chloe, madre e hija.
Maribel Verdú y Mirela Balić son Carmen y Chloe, madre e hija. Matías Uris

En sus primeros compases, 'Élite' parece centrarse en Iván, aún con las secuelas del atropello, a quien la soledad le está matando. Al fin y al cabo, no solo ha perdido a su padre, sino que su novio Patrick también decidió marcharse. Su último audio en WhatsApp resonará varias veces a lo largo de la ficción, aunque la llegada de Joel, podría despertar algo en el. Ojo, porque Joel es la pareja de Omar, sí, nuestro Omar, el que se fue a la universidad y ahora regresa al instituto para realizar unas prácticas en torno a una app que busca proteger a los estudiantes del suicido. Volviendo al tema de la salud mental y en coherencia con la superficialidad de la ficción, parece que Montero y Vaca la entienden como personajes cabizbajos y tristes, con la mirada perdida. Iván y Omar transitan por la historia casi siempre así.

Luego están Sara, la influencer, y su chico Raúl, un maltratador del que lleva intentando distanciarse desde la anterior entrega. Buena parte de su trama insiste en mostrar el arsenal de desprecios y fechorías que él tiene en la recámara y las dificultades de Sara por salir de un círculo vicioso, con constantes idas y venidas al taller de autodefensa que imparten en el instituto. Tampoco la incorporación de Eric, el primo de Nico, un joven antisistema y autodestructivo que acaba viviendo en casa de sus tíos con Nico, resulta interesante. La disyuntiva en este caso es tomar la medicación y estar bajo de ánimo o no hacerlo y hacer daño a sus seres queridos. Así, una y otra y otra vez. Pero es el arco argumental que lideran Didac e Isadora el más plomizo de la ficción. Negocios, familia y placer se dan la mano en esta reiterativa historia que ni Leonardo Sbaraglia puede levantar.

Tres fotogramas de la serie. Matías Uris
Imagen principal - Tres fotogramas de la serie.
Imagen secundaria 1 - Tres fotogramas de la serie.
Imagen secundaria 2 - Tres fotogramas de la serie.

Sin duda, lo más entretenido de todo el conjunto es la incorporación de Carmen (Maribel Verdú) y Chloe (Mirela Balić) al plantel de personajes. Madre e hija, explosivas, competirán a menudo por la atención de los demás: la primera por dinero, la segunda para tratar de encajar en un nuevo instituto, lo que dará pie a los pocos destellos de humor y sorpresa de la serie. Aún así, pocas cosas más se pueden salvar -bueno, la música, como siempre- de una ficción que lleva varias temporadas en caída libre. Menos mal que la que ahora se está rodando será la última. Dios nos libre de los 'spin-offs' que a buen seguro vendrán.