19 días después del inicio de la guerra iniciada con el ataque del grupo integrista Hamas en el sur de Israel, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, anunció que su ejército se prepara para la incursión terrestre para golpear "a los perpetradores de las matanzas de Hamas-ISIS". Mientras, continúa la intensa ofensiva aérea contra centenares de objetivos, incluyendo subterráneos, en la Franja de Gaza, que, entre bombas y misiles, pedía la entrada urgente de combustible para evitar el colapso de los hospitales.
"No detallaré cuándo, cómo y cuánto ni tampoco todas consideraciones que tomamos en cuenta", declaró Netanyahu sobre la ofensiva terrestre. En una intervención televisiva, señaló que sus fuerzas mataron a "miles de terroristas y es sólo el principio" y apuntó dos objetivos: "Destruir las capacidades militares del Gobierno de Hamas y hacer todo lo posible para devolver los secuestrados a casa".
Israel, que acusó este miércoles a Irán de ayudar a Hamas, no ha iniciado aún la invasión para dar más tiempo a la liberación de niños (30) y quizá mujeres entre los 222 secuestrados en manos de Hamas y de Yihad Islámica y a Estados Unidos para que refuerce sus defensas en Oriente Próximo.
Tras los frentes abiertos en Gaza y Cisjordania, Líbano (Hizbulá) y Siria (milicias y el régimen de Bashar Asad), Israel afronta un nuevo frente aunque no sea de fuego sino retórico: la ONU. Su secretario general, Antonio Guterres, se ha convertido en el objetivo de la campaña diplomática israelí que le acusa de vincular los atentados yihadistas del pasado 7 de octubre con el conflicto israelopalestino.
"Es importante reconocer que los ataques de Hamas no vienen de la nada. El pueblo palestino se encuentra bajo 56 años de asfixiante ocupación", había declarado Guterres para posteriormente aclarar que no justifica los atentados y mostrarse "impactado por la representación sesgada" de sus declaraciones. Sus aclaraciones no reducen el malestar de Israel- aún bajo un trauma sin precedentes y en lucha sin cuartel contra Hamas- hacia el representante de un organismo que ya de por sí consideraba "antiisraelí".
"No hubo ninguna tergiversación de sus palabras. Las matanzas de los terroristas de Hamas, que además procedieron de un territorio del que Israel se retiró, no tienen nada que ver con el conflicto", denuncia el embajador en la ONU, Gilad Erdan, que exige la dimisión de Guterres mientras se estudia la posibilidad de negar los visados a sus representantes.
En tiempo de paz, la ONU tiene un papel importante en Gaza. En tiempos de guerra, vital. Según la agencia encargada para refugiados palestinos (UNWRA), 613.000 desplazados gazatíes hallaron refugio en unos 150 edificios suyos convertidos en una teórica isla segura. Pero UNWRA avisa que si Israel no permite la entrada de combustible, deberá "tomar decisiones difíciles". Su representante, Tom White, alertó en la CNN que, "sin combustible, la gente en Gaza no tendrá acceso a agua potable, los hospitales cerrarán y deberemos finalizar nuestras operaciones de asistencia".
En su último informe difundido por la tarde del miércoles, no se produjo el cierre, pero diversos informes de ONG en el terreno describían una situación angustiante. Médicos sin Fronteras compartió el estremecedor testimonio del Dr Obeid sobre las condiciones en las que tuvo que amputar medio pie a un niño de 9 años en el Hospital Shifa en Gaza.
La gasolina es fundamental también en el reparto de ayuda en un enclave en que, según un informe de la ONU, el 80% de sus 2,2 millones de habitantes necesitaban ayuda internacional antes de la guerra.
Israel mantiene su postura de permitir la entrada diaria de agua, alimentos y medicamentos, pero no combustible, al considerar que es fundamental para la infraestructura armada en los túneles de Hamas al que acusa de no dar los litros que posee a los civiles en Gaza.
Según el Gobierno de Hamas, más de 6.500 palestinos han muerto y 17.000 han resultado heridos en la ofensiva israelí más letal desde la guerra contra Hizbulá en 2006.
El portavoz del ejército, Daniel Hagari, apuntó al enemigo regional: "Antes de la guerra, Irán dio ayuda a Hamas de forma directa a través de entrenamiento, entrega de armas, dinero y conocimiento a nivel tecnológico. Incluso ahora, la ayuda tiene lugar en forma de información de Inteligencia y de incitación en Internet en el mundo contra Israel. Según él, Irán está detrás de los ataques desde Libano, Irak y Yemen. Teherán denunció los ataques israelíes en Gaza que define como "genocidio del pueblo palestino".
Según el diario The Wall Street Journal, 500 efectivos de Hamas y Yihad Islámica se entrenaron en Irán bajo la batuta de la Guardia Revolucionaría iraní semanas antes del peor atentado en la historia de Israel. El ejército realizó este miércoles una nueva sesión a medios extranjeros, entre ellos EL MUNDO, para mostrar momentos del ataque que dejó 1.400 muertos. Captadas por los propios terroristas, las víctimas y supervivientes en los kibutzim y el festival de música Supernova, las imágenes reflejan la brutalidad del brazo armado de Hamas que realizó y retransmitió sus atrocidades contra niños, jóvenes y ancianos. Los 40 minutos de grabación confirman que se trató de una mezcla de operación militar bien planificada y versión yihadista enloquecida de pogrom.
Al anochecer, Israel lanzó un masivo bombardeo contra varios tramos de túneles, según medios locales, en Gaza. Poco después y no fue casual, Hamas disparó una ráfaga de proyectiles "de calidad" contra poblaciones céntricas israelíes. Horas antes, apuntó con dos misiles a dos zonas lejanas: la norteña Carmel y la sureña, Eilat, que estos días alberga en sus hoteles a los evacuados de los kibutzim.