Las generaciones mayores han tenido que adaptarse rápidamente a una vida digital con la que no estaban familiarizados, y son especialmente vulnerable a los delitos informáticos
Cada vez son más las personas mayores que se suman a las nuevas tecnologías y utilizan dispositivos conectados a Internet en su día a día, desde smartphones hasta tablets, especialmente para utilizar servicios de mensajería instantánea o videollamadas. Sin embargo, muchos de estos usuarios de mayor edad de no son conscientes de los riesgos que existen en la red. Falta de conocimientos tecnológicos o un exceso de confianza hacen que los mayores sean un sector de población de los ciberdelincuentes tratan de aprovecharse de manera significativa.
El informe “Influencia de la tecnología en la vida de los españoles”, elaborado por la compañía de ciberseguridad Kaspersky, revela que un 44% de las personas mayores de 65 años no tiene instalada ninguna solución de ciberseguridad en sus dispositivos. Es decir, que no está instalado ni un sistema de vigilancia contra virus ni un bloqueo mínimo frente a ataques cibernéticos. Además de no contar con este tipo de protección, prácticamente imprescindible para proteger el robo de datos o una posible intrusión en la información personal del dispositivo, las acciones más habituales que ponen en peligro los datos de estos usuarios son aceptar, sin leer, las cláusulas y condiciones cuando se realiza una compra (incluso en páginas web fraudulentas que falsifican o se hacen pasar por las webs originales) o se descarga alguna app o programa (32%), usar siempre las mismas contraseñas (30%) y tener la geolocalización activada (29%).
Son datos preocupantes, ya que, a pesar de que un 82% de personas mayores de 65 años asegura no haber sido víctima de ningún tipo de ciberataque, un 11% reconoce haber descargado un virus sin querer y un 7% admite haber recibido un mensaje pidiendo hacer clic en un enlace fraudulento. Estas cifras, además, pueden incrementarse de manera significativa ante el avance imparable de la digitalización de la población. Los expertos en ciberseguridad recuerdan que la formación y concienciación son esenciales para garantizar el uso de la tecnología sin caer en riesgos innecesarios, algo complejo cuando se trata de personas de la tercera edad, que han tenido que adaptarse de manera más abrupta a los cambios tecnológicos, por lo que el apoyo de particulares, asociaciones y empresas para esta protección digital de los mayores debe ser prioritaria a corto plazo.