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Morata evita un mal mayor tras la gran reacción del Atlético en Glasgow

Estaba ansioso el Atlético por rendir tributo a los héroes de la épica semifinal de la Copa de Europa de 1974 y celebrar con victoria en Celtic Park la efemérides de la batalla de Glasgow de hace 50 temporadas y, aunque no pudo cumplir su objetivo, sí tuvo una gran y aplaudida reacción y Álvaro Morata, tras un fantástico pase de Marcos Llorente, se encargó de evitar un mal mayor para el equipo de Diego Pablo Simeone. Tras ser superado en el primer tiempo por el intenso y vertiginoso Celtic, el equipo colchonero, vestido de rojo y azul para conmemorar aquella inolvidable eliminatoria previa a su primera gran final continental, resucitó tras el descanso y al menos se llevó un empate.

El punto fue muy trabajado, pero lo consiguió el Atlético relanzado por el sustituto de Javi Galán, que no había dejado de sufrir ante el incansable japonés Maeda, para impedir, gracias a la conexión Llorente-Morata y la cabeza del delantero, una derrota que hubiera complicado su billete a octavos de final. La ilusión por ganar se acabó para el Atlético en el minuto 82 con la expulsión de De Paul, que arriesgó cuando ya tenía una amarilla y dejó a su equipo con diez cuando el partido, liderado por fin por el talento de Griezmann, ya estaba inclinado para los visitantes.

Aunque son ya seis partidos seguidos los que lleva el Atlético sin ganar fuera del Metropolitano en competición europea, desde marzo de 2022, su regreso a Celtic Park por lo menos se saldó con un empate, porque aunque el equipo escocés sea el colista del grupo, dominó al conjunto rojiblanco durante 45 minutos en los que a los visitantes les pudo la presión del rival y de la grada. En un duelo que en su primera mitad fue demasiado loco y en el que el Celtic dominó con la posesión y el Atlético evidenció desajustes defensivos y no pudo contragolpear, el equipo escocés tuvo una eficacia casi plena y el español solo pudo marcar de penalti. Y con suerte, porque el lanzamiento de Griezmann se estrelló en el palo y el rechace volvió al francés para que a la segunda enviase a las mallas.

Celtic

Hart, Johnston, Carter-Vickers, Scales, Taylor, O'Riley, McGregor, Hatate (Paulo Bernardo, min. 7), Maeda, Furuhashi (Forrest, min. 79) y Palma (Philips, min. 62).

2

-

1

Atlético

Oblak, Molina, Savic, Witsel, Hermoso, Javi Galán (Llorente, 46), De Paul, Koke, Saúl (Riquelme, 46), Griezmann y Morata (Correa, min. 73).

  • Goles: 1-0: min. 4, Furuhashi. 1-1: min. 25, Griezmann, de penalti. 2-1: min. 28, Palma. 2-2: min. 53, Morata.

  • Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Tarjetas amarillas a Carter-Vickers, Javi Galán, Molina, Palma, Taylor y De Paul, en dos ocasiones, por lo que fue expulsado en el minuto 82.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Campeones, disputado en Celtic Park. Unos 60.000 espectadores.

Duró sin embargo muy poco la alegría para el Atlético, que tras encajar un gol muy tempranero en el que otro japonés, Furuhashi, le ganó la espalda a Javi Galán, solo tres minutos después de la igualada se veía golpeado de nuevo por un trallazo cruzado del hondureño Palma. Precisamente, habían intercambiado sus posiciones en el tridente de ataque Maeda y Palma y el pase del nipón desde la izquierda fue rematado con un derechazo espectacular para batir a Oblak. El portero esloveno tuvo más trabajo del deseado porque el Atlético permitió llegar y mandar a un equipo muy físico que, sin nada que perder en esta Champions, fue muy valiente y no se acongojó ni siquiera cuando el Atlético fue revitalizado con la entrada de Llorente, aunque al cambiar Brendan Rodgers el sistema del Celtic perdiese fuelle el arma ofensivo y defensivo del 'todocampista' Maeda.

La preocupante versión que había ofrecido el Atlético en la primera parte y la desventaja con la que se fue a los vestuarios obligaba a una respuesta desde el banquillo y en el terreno de juego y los colchoneros dieron un paso al frente tras el descanso, aunque el Celtic mantuvo la compostura en defensa. Incluso cada vez que Griezmann entraba en contacto con el balón y también Llorente, que como interior derecho se convirtió en la mayor amenaza de los locales y permitió que el Atlético tuviese todo a su favor para la frustrada remontada. Llorente y Riquelme, al igual que después Correa, dieron otro brío al ataque de un equipo que por fin había conseguido hacerse dominador, aunque sin crear un gran peligro tras el tanto de Morata. Sí que se olvidó de la precipitación y el descontrol el Atlético, pero le faltó profundidad y remate, y le sobró Hart a disparos de Correa, para poder culminar su resurrección con otro gol que le hubiese dado un triunfo que casi acabó mereciendo.